LOU REED – METAL MACHINE MUSIC (1975)

 



Existe un cuestionamiento polémico que no pierde validez conforme pasa el tiempo: Qué hace una obra de arte ser tal. Opiniones existen por miles, ejemplos tácitos igual, el discurso es siempre el mismo y la conclusión no puede ser otra: depende de la conciencia que la procese, de los ojos que la miren.

Actualmente, existen sendos movimientos que se amparan de tal justificación subjetiva, intentando vender humo ante una evidente carencia de talento e imaginación. Fuera de eso, el arte por si mismo es transgresor, disruptivo e incendiario. O esa debería ser su esencia. 

Entonces, ¿Para que tanta reflexión chabacana? La introducción viene mucho a tema, sobre todo, al aproximarse a un álbum tan alienante como Metal Machine Music; y de quién más, sino del grandioso Lou Reed. ¿Qué lo llevó a concebir semejante monstruosidad? ¿Cuál musa de intenciones venenosas acarició sus labios para enarbolar, cual poeta maldito, los versos deformes definitivos que son todo y nada al mismo tiempo? Probablemente, una supurante ansiedad por superar las cabriolas disonantes de su pasado cercano con The Velvet Underground, o quizá, el deseo nauseabundo por desapegarse del ilustre éxito comercial de su insuperable Transformer. O sólo fuera el arrebato de tirar su carrera por la borda y efectuar una ¿buena? venganza en contra de RCA Records (la disquera que lo tenía fichado). Reed constituyó, sin desearlo, un género cuyos detractores han intentado calificar de insoluto, pero manifiesta una nueva tradición periférica, deambulando entre la "deconstrucción sonora" y la "estafa" artística.

Figura clave de la música experimental en los 70


La confianza del artista puede confundirse con arrogancia, puesto su cabeza se encuentra colmada con ideas alocadas y geniales, y sin embargo, la confusión y el desánimo afloran siempre con mayor fuerza. La pantalla suele ser espesa, engolosinada a partir de puntos escasos de triunfo auténticamente valiosos como cimientos para continuar su labor infinita. Así, sustentado por aquellos sencillos convertidos en himnos mainstream (y de paso, carta amorosa hacia el lado oscuro de la condición humana) como fueron Walk On The Wild Side, Satellite Of Love y Perfect Day, Lou Reed dio soltó obras más personales con tramas enrarecidas, como aquel oscuro y melancólico Berlin, causando ciertas sospechas en las oficinas ejecutivas de RCA. 

Cumpliendo con el plazo de entrega de su siguiente disco, estos mismos dirigentes encontraron una sorpresa desagradable: su contenido, alejado de cualquier formato de canción conocida, únicamente gesticulaba una rabieta de distorsión inaudible, ruidos punzocortantes y capa tras capa de fibras electrónicas descompuestas. ¿Qué fue lo que pensaron? Seguramente como una mentada de madre. Sin embargo, Reed se situaba como un artista trabajador y cumplido. En un afán de no causar controversias innecesarias (aunque posteriormente las hubo y muchas), se decidió liberar el producto con un tiraje limitado de 1,500 prensas y en un sello filial pequeñito, Blue Point.  

 Así, llegamos 50 años después, a julio de 2025 y ciertamente, aunque el impacto inicial de Metal Machine Music, no fue favorable, el tiempo permitió que fuese procesado por distintas ópticas, algunas de las cuales resignifican su valor histórico, y nuevamente, sitúan el álbum como el iniciador de un movimiento experimental que no teme a desafanarse de las reglas y restricciones, torciéndolas a más no poder e incluso, destruirlas para edificar nuevas. 

"Deconstructor del sonido..."

¿A qué suena el quinto álbum de estudio de Lou Reed? A un experimento, sí, pero no de la clase confortable. Esta criatura estilo Frankestein de motivaciones artísticas, también, equivale a mirar un paisaje enrojecido mientras sabes que desciendes directo al infierno. Sería como despellejarse con un lago chuchillo de filo al rojo vivo, apretarse las entrañas mientras la carne sigue viva y gozar malsanamente con el dolor. Cada melodía posible es destazada con disciplinada demencia, lo mismo sucede con la mínima insinuación de ritmo, cayendo aplastado por un cruel yugo que desencadena olas de ruidismo indigesto, modulaciones enrarecidas de retroalimentación a chorros y procesamientos sónicos estirados rizomaticamente a través de aceleraciones imprudentes de la cinta hasta lanzar chispas.

Lou creó esta erupción volcánica sonora, partiendo de grabaciones guitarrísticas atonales escupidas con violencia, retroalimentando varias veces cada interpretación para engendrar una diversidad cíclica de modulaciones trastornadas, chillantes y de influjo misteriosamente electrónico, cuales gritos catárticos que ensordecen por su agudeza e incoherencia. Incluso, Reed tenía en mente que esta obra fuese un acercamiento (¿torcido quizá?) a la estructura de la música sinfónica, al trabajar en piezas largas, instrumentales, atonales y discursivas. Suponiendo que el resultado es la muerte de la armonía y la estructura estándar, cualquier escucha que se le brinde a esta placa resulta brutal y adormecedora.

La única pieza que lo compone fue dividida en 4, creando una sensación de sin sentido equiparada, en la literatura con la mismísima Naked Lunch, por citar un ejemplo desconcertante. Siendo un total fracaso comercial en el momento de su salida, permitió engendrar ejemplares discípulos que siguieron lo emprendido en Metal Machine Music, desde Sonic Youth, Boredoms, Merzbow y casi todas las agrupaciones de rock/metal industrial, con los cuales el noise rock de intenciones de vanguardia, puede verse hoy en día como un insignia de arte y no sólo, como una farsa que se vende por que sí.


Como último dato, en la versión de vinil existe una pequeña trampa, puesto que para los últimos minutos de la cuarta pieza, la aguja queda atorada en un bucle, por lo que el loop final verdaderamente se vuelve infinito, causando que el disco jamás termine.

Ahora, estimado lector, le queda dictaminar por sí mismo.


Si se atreve.


Tracklist:

1.- Metal Machine Music Pt. 1

2.- Metal Machine Music Pt. 2

3.- Metal Machine Music Pt. 3

4.- Metal Machine Music Pt. 4

Álbum completo en YouTube y Spotify

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