FAITH NO MORE – ANGEL DUST (1992)
La década de los noventa resultó
significativa por dos razones: primero, la expectativa creciente a la llegada del nuevo
milenio, porque, después de todo, la humanidad se encontró frente al enigma que
contrae un cambio de ciclo tan importante y segundo, los años que fueron del 90
al 99 simbolizaron un cabalístico aterrizaje cultural que finalmente
implosionaría después del año 2000. Una de estas diversificaciones que obtuvieron
un talante definitorio, fue la estética musical en rostro del metal
alternativo, el cual pasó de dar sus primeros pataleos a imprimir pasos más
firmes.
El ejemplo más directo es sin lugar a
discusión, Faith No More. Los oriundos de San Francisco venían de una
exitosa gira para promocionar The Real Thing (1989), álbum aclaratorio en su
trayectoria, por tratarse del primero con el implacable Mike Patton en
el micrófono. El resto de la agrupación estaba integrada por el bajista Billy
Gould, el tecladista Roddy Bottum, el baterista Mike Bordin y
el guitarrista Jim Martin; resultando una conjunción sónicamente
explosiva y eficaz, precisando una estilística que bien dominaba el funk, el
heavy metal, hip hop y sonidos experimentales a partir de la “orgidisticación”
de los instrumentos con la colosal capacidad vocal de Patton [véase la
reseña del primer álbum de Mr. Bungle].
Partiendo de esto, la evolución obvia de
su sonido se enfocó en una experiencia más épica y teatral, rayando en lo
cinematográfico, contundente en riffs y compases duros, teclados semejantes a
murallas y conceptos críticos masticados bajo una óptica humorísticamente
oscura en las letras. Lo que meses en el estudio trajeron a la vida fue un
álbum aguerridamente perverso, una obra maestra irreverente y sometida a
diversas descargas eléctricas que impactaba en el suelo como centella telúrica,
brindando semejante confianza a la discográfica (slash/reprise, subsidiarias de
Warner Bros.) para permitirles
extenderse a sus anchas y sin paralizarles en ningún momento sus intentos
creativos.
La placa presenta un estilo complejo de clasificar, todo gracias a su perfecta estructura compositiva e incluso, al orden con el que fueron registradas y posteriormente acomodas las canciones dentro de la lista de reproducción, porque es difícil negar el intenso arranque de Land of Sunshine con su enérgica destreza que recuerda a la mejor esencia de Frank Zappa. Los teclados dotan de cálidas texturas mientras la sección rítmica avanza como una tormenta que amenaza envuelta por riffs metálicos, en tanto el enloquecido arreglo vocal destruye a un patán sin mucho esfuerzo, con una inteligentísima burla. Caffeine es otro huracán de marcha desaforada, mostrando porque este álbum es un esfuerzo con cerebro y músculos sobrados; riffs y compases de vertiginoso impulso, adaptando una estética plenamente metálica hacia texturas que recrean cierto enigma de excesos acelerados.
La estupenda Midlife Crisis torna las cosas hacia un manejo de realidad más serio, sin desprenderse del aire humorístico; mostrando un golpeteo de bajo certero, teclados levemente lumínicos y misteriosos acompañando la diversificada voz de Patton, en uno de sus mejores trabajos; plenamente atmosférica con guitarras duras y resonancia fatídica, se viste de esencia funk y versos entrecortados que resaltan el estallido épico que se condensa en poco más de cuatro minutos.
RV es una narración cautelosa de un supuesto sujeto que bien identifican como white trash, sumergida en un caudal de texturas armonizadas y preciosistas, casi una balada en regla, con poderosas guitarras cruzadas, teclados refulgentes y ese genial desempeño vocal que vira entre la palabra hablada, el tono gangoso y un rugido furioso. Smaller and Smaller armoniza diligentemente con su rala esencia arabesca, volviéndose un amasijo de épica metalera y lento arrastre de teclados, bajo duro, riffs golpeadores que devienen con un solo de guitarra frugal y por supuesto, la variedad soberbia de tonalidades vocales que acentúan la pesadez del corte. Everything´s Ruined rompe con la tensión incursionando en una estructura relajada de entonaciones pop rock, engañosa en su diligencia rala, su dinámica conspicua es elegante con texturas fuertes y aunque irónica, no pierde ápice de arranque frenético.
Malpractice es el ejemplo perfecto de todo el sonido nü-metal por venir en los próximos años a partir de su estallido con el álbum debut de Korn [reseña disponible aquí], apabullando con un torcido funk y atmósferas industriales, efectos demoledores en el bajo, batería y guitarra, su arreglo vocal parece salido de una película de kaijus; sin embargo, lo significativo de esta pieza, es el leve sampleo a la Kronos Quartet, aderezando fuertemente con un aire caótico de estallidos metaleros.
Kindergarten supura entre una entonación que se orienta hacia lo comercial, texturas industriales de compases apagados, teclados dulzones, bajeo fúnebre y una dosis recomendable de guitarras duras, mientras la letra ingresa al terreno del existencialismo iniciático de la mano de un narrador adolescente. La estupenda Be Aggressive es un divertimento de rock fluido, teclados pesadillescos que impregnan una poderosa esencia teatral, mientras los vigorosos riifs y percusiones se acompañan de grandes coros porriles que vitorean a todo pulmón. A Small Victory conmueve en su intencionalidad de equilibrio pop comercial, arrojo metalero y reverberaciones funk que juguetean entre el hip hop y el ya conocido frenesí estoico de la agrupación, brincando de estructura a estructuras sin perder gramo de elegancia.
Las cosas a continuación se tornan interesantes, con la
escalofriante Crack Hitler, introduciéndose lentamente en la mente del
escucha, a través de su bailoteo de ritmos comprimidos, el panorama oscuro de
teclados fugaces y esa puritana resonancia de guitarra que irrumpe, en tanto la
extraña narración de la letra parece hablar sobre un traficante de drogas
delirante. La pesada Jizzlobber parece lista para adornar alguna
secuencia en un thriller de culto, con sus teclados misteriosos, guitarra
monstruosa y distorsionada voz que irrumpe cual motosierra en el cráneo. Si
bien, existe ambigüedad en la letra, parece indicar un cierto temor a la
sensación de aprisionamiento. Mención merecida a su órgano monumental que
alerta sobre ruptura mental y cabalística sensatez. El álbum concluye
originalmente con una versión del clásico de John Barry Midnight
Cowboy, casi prodigiosa y cinematográfico cual debiera.
Bonus track: Easy
original de Lionel Richie cayó en excelentes manos, revitalizando esta
balada de tintes soul, memorable y emotiva, sin duda, un cierre cálido y más esperanzador.
Un álbum “glorioso”, enorme victoria
para Faith No More, quienes lograron consagrarse como una de las mejores
bandas en todo el rock y el metal, ovacionados y referenciados en cada
oportunidad, incluso a treinta años de la salida de este Polvo de Ángel.
Tracklist:
1.- Land of Sunshine
2.- Caffeine
3.- Midlife Crisis
4.- RV
6.- Everything´s Ruined
7.- Malpractice
8.- Kindergarten
9.- Be Aggressive
10.- A Small Victory
11.- Crack Hitler
12.- Jizzlobber
13.- Midnight Cowboy
14.- Easy
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