THE CURE – SONGS OF A LOST WORLD (2024)

 

Tras una larga racha de vastas especulaciones, diversas entrevistas y sendos retrasos con los cuales se buscaba lograr un estado de gracia y perfección, hoy, finalmente y tras 16 años de espera melancólica, tenemos un nuevo álbum de The Cure.

Muy probablemente la salida de la nueva música de la banda gótica por excelencia sea el auténtico acontecimiento en este 2024. No sólo para los fans acerrimos de la agrupación, sino en el significativo de la música popular en general, porque si bien, los clásicos que eternizaron la esencia oscura de Smith & Co., alcanzaron tal estado de gracia y magnificencia, más allá de su pasmosa narrativa, son tótems indestructibles en la conciencia colectiva, y resulta imposible negar la enorme aportación que la banda procedente de Crawley, Inglaterra, ha brindado a la vida de quienes caímos presos de su lacrimógena representación de la realidad.

Esperanzado y dolido, evocando las memorias de su mundo perdido...

Y no fue por decidía que tuvimos que soportar tan prolongada espera, sino por las circunstancias que presenta la vida y las cuales, por mucho que intentemos negarnos, se quedan como una cicatriz que no siempre sana bien. En el caso de Robert Smith, la perdida de su padre, madre y hermano, fueron motivos para volcar su instinto creativo hacia el lado más oscuro, permeando una narrativa cruda que, de forma lenta y minuciosa, moldeó la concordia de estas canciones sumergidas en la densa penumbra.

Los primeros trazos del muy anticipado y mencionado nuevo disco, vieron luz durante la gira emprendida a mediados de 2022 y en adelante, con lo cual, parte de la sorpresa de cómo sería el sonido general fue develada. Sin embargo, una parte esencial continuaba cubierta por el misterio, cuándo se publicaría e incluso para más de un escéptico, que renegó la existencia de las nuevas grabaciones, dando la espalda a tantas entrevistas hechas a Smith en donde aseveraba que muy pronto publicarían el álbum, manejando un puño de títulos hasta instaurarnos en el definitivo y más revelador: Songs Of A Lost World.

Una voz sobrehumana a prueba del tiempo...

Recién estrenada este 1 de noviembre, ya es un triunfo irreductible, un muestrario de sobrevivencia a pesar de contener los peores dolores atravesando el corazón, procesado a través de una óptica madura que no teme la frialdad del envejecimiento y sin embargo, abraza con la misma pasión reflexionar acerca de la mortalidad y la desilusión que puede rodear la vida. Muestra fiable de ello, es la intensa apertura: Alone con sus muros incesantes de sintetizador ensoñado, dramática batería, guitarras espectrales y vocalización demoledora, abatida, evocativa y poética, dejando todas las cartas sobre la mesa: "This is the end of every song that we sing..."

Alone

And Nothing Is Forever es un festín de melodías exuberantes en tempestuosos sintetizadores que despiden bella melancolía, guitarras de florida sonoridad y valientes coros que se desvisten de sus memorias dolidas en busca de nueva serenidad, y todo, gracias a la elegante atmósfera levitante y agridulce. A Fragile Thing toma un pequeño dejo pop para fusionarlo a la candela del rigido bajeo, la guitarra entrecruzada y tersas notas de piano de opaca tonalidad, en esta historia de amor próximo a romperse. Las vocales agridulces sorprenden por la claridad con la que dominan las armonías, palmas para el líder indiscutible de La Cura.

A Fragile Thing

Warsong es un tremendo corte de doom espacial que transfigura su orgáno benedictino y premonitorio, en la resonancia del caos con guitarras de arrebatada textura, batería de golpeteo titánico y un bajo monstruoso que no solapa nada, dando paso a pequeños tratados de sintentizador denso, cuya atmósfera se levanta de la ceniza y roídas imágenes. Drone:Nodrone es un extraño tema cuyo amenazador bajo dirige para convertirse en un amasijo edulcorado de electrónica malevolente, guitarras camaleónicas con ecos disciplinados y energizadas vocales que suben la tensión al punto de un irremediable quiebre. 

La extraordinaria I Can Never Say Goodbye clama alivio ante el dolor más incisivo, aquella sensación punzocortante que parte el corazón hasta desangrarlo: aquí el ambiente nocturno es lento, penumbroso, gélido, poético en su haber solitario, tensando magistralmente el drama hasta un punto épico, cobrizo, mediante cautos sintetizadores de gris porte, guitarras en remolino y las vocales más evocativas, más descarnadas y desnudas.

I Can Never Say Goodbye 

All I Ever Am  galopa fuerte con su elegante batería, geniales líneas de bajo y guitarra arropadas por el efecto crepúscular de teclados pristinos, en este reflejo sincero que evoca las perdidas, el paso infranqueble del tiempo, manteniendo insomne su personalidad nebulosa.

All I Ever Am

Endsong fiel a la tradición de una duración extendida no podría ser sino otro lamento de alcances épicos, con percusiones centradas que conjugan los teclados y bajo colosales, las guitarras de tremendos zumbidos cual acción áspera de fantasmas. Más de diez poderosos minutos volcados en un aullido tenebroso, en grotescas pinceladas expresionistas, en la épica doom más difícil que jamás se le haya escuchado a La Cura: una auténtica cumbre de borrascosa esperanza que resiste con uñas y dientes, con sueños y anhelos a no morir.

Endsong

Songs Of A Lost World es uno de los mejores trabajos que haya compuesto Robert Smith, esta vez, acreditado a él por completo, en un esfuerzo sobresaliente de exorcizar la inmensa pesadumbre que sirve de alimento a su hacer creativo. Este es un tour de force necesario, reconfortante y maravilloso, que por supuesto remite a su obra maestra Disintegration (89), como una invitación a abrocharse los cinturones para descubrir un mundo musical no tan perdido.

Tracklist:

1.- Alone

2.- And Nothing Is Forever

3.- A Fragile Thing

4.- Warsong

5.- Drone:Nodrone

6.- I Can Never Say Goodbye

7.- All I Ever Am

8.- Endsong

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