KISS – KISS (1974)
Un hito en la historia de la música. Este álbum simboliza el inicio de una longeva tradición en el rock n´roll en su máxima dionisíaca, artística y por supuesto, con todos los altibajos posibles.
Pero el proceso no fue una plácida caminata por el parque: los componentes que conjuntaron a Kiss se unirían poco a poco, iniciando con sus auténticos fundadores y perpetradores, Gene Simmons y Paul Stanley. Dejando su anterior banda hacia finales de 1972, conocieron al baterista Peter Criss para formalizar ya no un proyecto musical cualquiera, sino uno que resultase, hasta cierto punto, innovador.
Siendo admiradores del teatro Kabuki y del glam rock que invadía las listas de popularidad, tomaron inspiración directa de compatriotas como Alice Cooper y los New York Dolls, para definir su propio concepto y personajes en los que se convertirían. En este punto y ya con Ace Frehley en el barco, cada uno adoptó una posición en la banda y por consiguiente, una personalidad para establecer rostros a los cuales aludir el serial de adjetivaciones que irreductiblemente llegarían, dentro de la esencia individual que solidificaría su todo.
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Así, Stanley se asumió como Starchild, llevando la guitarra rítmica; Simmons como The Demon, tocando el bajo, Criss fue The Cat, tras la batería y Frehley se llamó Spaceman, prácticamente un erudito en la guitarra principal. Es este desarrollo interno, se emuló el duo compositivo Lennon-McCartney, en donde Stanley y Simmons fueron la principal fuerza compositiva. Cuando ya se encontraban grabando su primer disco, una auténtica victoria, ya que de primera vez, nadie los tomó en serio y mucho menos, la gente "especializada" de las disqueras, cuya capacidad imaginativa pareciese históricamente atrofiada.
Gracias a su manager de ese entonces, fueron contratados por Casablanca Records, siendo la primera agrupación en este sello, sirviendo como principal salvoconducto para su camino a la fama. En este recorrido, se les vendió como la primera banda de rock de la era espacial, formalizando una aura enigmática a su alrededor, y aunque en principio sus habilidades no resultaron las mejores (era notorio que debían mejorar la ejecución en sus respectivos instrumentos, así como vocalizar adecuadamente al cantar), sus ideas y consistencia los sacarían a flote, destacándose de una manera sin igual y muy imitada.
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Editado en febrero de 1974, Kiss su emblemático opus, confirió al escucha los tan reconocibles aspectos que forjaron la tradición inextinguible del rock: el dejo virtuosista de Jimi Hendrix, las fuertes melodías pop de los Beatles, la cercanía blusera pesada de Zeppelin, la incipiente verruga metalera cortesía de Sabbath, la festividad desfachatada de los Stones, y la inercia glam andrajosa de los ya citados Alice Cooper y N.Y. Dolls.
El álbum inicia a plenitud con el martillazo de Strutter, un estruendoso juego de guitarras que enarbolan ritmos y estribillos pegajosos, su cadencia flamígera proviene de la vocales de Stanley y los coros tan enervados; genial el solo y la dinámica puntillosa general.
La soberbia Nothin´To Lose contrapuntea de manera efectiva la acción en las percusiones, las guitarras y el festivo coro fuertemente aderezado con piano, coros y palmas que brindan mayor poderío a la imágenes de fuerte contenido sexual en la letra.
Firehouse se funde a paso lento con la fortaleza del cuerpo sólido del riffs de bajo, el consistente juego vocal entre Simmons y Stanley, el sorpresivo solo de guitarra de Frehley junto a la demandante estridencia de Criss que golpea preciso y poderoso.
Cold Gin se trata de una pequeña joya cuya autoría se atribuye a Frehley, mostrando su enorme potencial, y si bien, el avance del corte es sinuoso, la encausada destreza en los riffs en las guitarras y bajo corpulento, licúa la batería en un caldo explosivo, coronando a titán cuya recitación va de beber alcohol sin mesura.
La divertida Let Me Know supura el espíritu de los cincuenta, añadiendo la fuerza de lo aprendido después de una década de rock n´roll macizo desde la contradicción misma: guitarras de contrapeso con inherente suciedad, y una sección rítmica por mucho más sensible que edulcora la acción vocal conjunta. Kissin´Time es una violenta reinterpretación de la rola original del ´59 que mantiene por lo alto la química fulminante de los 4 miembros, apropiándose de la composición en su haber juvenil y pegadizo. La memorable Deuce aprieta el acelerador cauta pero segura, convirtiéndose en uno de los cortes más fuertes de la placa, con sus potentes riffs zigzagueantes, esa enorme batería empujando hasta sus últimas consecuencias y el bestial solo de guitarra como para dejar boquiabiertos a propios y extraños.
Love Theme From Kiss es una sorpresiva pieza instrumental compuesta por los 4 miembros, sirviéndose de su avance monótono para equilibrar los puntos de apoyo melódicos y duros. 100,000 Years acelera con su rítmica grasienta y riffs empañados, un corte como pocos que empata en contrapuntos por su pesada melodía y surtida crudeza, asunto a parte, el genial desempeño de la guitarra principal. Black Diamond cierra colosal, contundente y caótica: si bien nos engaña con ese canturreo sereno y guitarra acústica, toda melosidad es interrumpida de inmediato con una descarga de metralla mediante cada golpe hondo en la batería, su bajo amurallado y el poderoso solo eléctrico, además de los embates que empujan la pieza hacia un sitio inesperadamente noise y pesadamente sucio.
Kiss no fue el éxito que algunos en su entorno inmediato apostaron, de hecho, las ventas iniciales fueron incluso decepcionantes. Sin embargo, su espectro continúa presente y marcando un punto referencial necesario y casi absolutista. La faena inició en el ´74 y cincuenta años después, está muy lejos de perder vigencia.
Tracklist:
1.- Strutter
2.- Nothin´ To Lose
3.- Firehouse
4.- Cold Gin
5.- Let Me Know
6.- Kissin´ Time
7.- Deuce
8.- Love Theme From Kiss
9.- 100,000 Years
10.- Black Diamond
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