DAVID SYLVIAN – BLEMISH (2003)

 



David Alan Batt es uno de los músicos más eclécticos que jamás se haya pisado esta tierra, sin embargo, su trabajo solista se encuentra injustamente sosegado en el ostracismo colectivo. Desde los primeros jaloneos con el mainstream a finales de los 70 y principios de los 80 como miembro de Japan, el eslabón glam invertebrado que fusionaba delineador, rock duro y actitud DIY, que fue punto de conexión para comprender a plenitud el paso histórico entre Roxy Music y Duran Duran; Batt cambió su apellido a Sylvian, en referencia a Sylvain Sylvain, guitarrista de New York Dolls, mutando hacia una Persona en concepto de caracterización musical y escénica. 

Disuelta la banda como conclusión de un rito iniciático, Sylvian concentró sus esfuerzos en instalarse dentro de la corriente vanguardista, conjugando art rock, synthwave, rock progresivo y mucha experimentación atmosférica, dando luz a un serial de álbumes que actualmente son diamantes en bruto y coronas artísticas sin mácula. 

En la gran manzana


Imprimiendo su visión espiritual y apegándose al budismo que llevaba practicando desde hacía años, llevó esta perspectiva a la deconstrucción de la estructura de la canción tradicional, lanzando en 1999 el místico y exuberante Dead Bees On a Cake; fundiendo soul y jazz fusion. Ya en el nuevo milenio, Sylvian se deslinda de su disquera para fundar SamadhiSound, en la cual obtiene control completo de producción y distribución, permitiéndose lanzar sin compromisos adyacentes, Blemish, placa que nos compete en este caso.

La fotografía que inspiró la portada


Casi sin desearlo, su ánimo creativo se vio extrañamente alimentado debido a los sucesos personales por los cuales transitaba: no sólo la sensación satisfactoria que trae consigo la independencia, sucedió también su divorcio de la cantante Ingrid Chávez, después de trece años de matrimonio. De esto, vino una especie de catarsis emocional que fluyo a través del pensamiento contemplativo, improvisando largamente con su guitarra y diversos dispositivos electrónicos, con los cuales dio forma a varias composiciones nuevas, sin embargo, respetuoso de su propia virtud vanguardista, distan mucho de ser fáciles de asimilar. 

Las piezas calamitosas y experimentales fueron grabadas entre febrero y marzo de 2003, y los únicos colaboradores con los que Sylvian contó fueron los músicos vanguardistas Derek Bailey tocando la guitarra en tres piezas, y Christian Fennesz, apoyando de igual forma en la composición y aditamentos electrónicos. 

En vivo atacando con su guitarra



Blemish fue editado en mayo de ese año, se trata de una obra disonante y ríspida, inmersa en un flujo fracturado de reverberaciones e improvisaciones laberínticas, cargando una atmósfera pesada donde conviven por igual temor, rabia, desamparo y vulnerabilidad, un manojo turbio de ideas y sensaciones compresas en las letras, las cuales sangran y se regeneran, gracias en gran medida, al tibio tono vocal de Sylvian.

La placa inicia con la ominosa Blemish, una intrincada y kilométrica madeja de fibras electrónicas, de la cual emergen limadas resonancias y ecos borrascosos, los cuales arropan la vocalización desnuda, tersa y suplicante.

Blemish en vivo 2004


The Good Son integra las notas disonantes de una guitarra fantasmal que hilvana atmósferas inquietantes, aunadas a una pared de ruidos puntiagudos, desenrollando una purga emocional compleja; algo muy lejano de la bonita canción pop. The Only Daughter se guía a través de una meditación de drone cristalino, desfigurando las tenues melodías que surgen de los efectos y sonidos, en tanto la voz configura enrarecidas imágenes matizadas con el torrente de compleja melancolía. 


The Only Daughter en vivo 2004


The Heart Knows Better funde meticulosamente capas de calinosas resonancias sobre un teclado de melodías etéreas, la voz se acomoda entre marejadas de ecos y ruidos diversificados: botones, teclas y endurecidas cuerdas al soporte de una suite de fragilidades lesionadas. She Is Not es un breve y retorcido relato de guitarra desafinada y partida improvisación. La sublime Late Night Shopping es un canto de medio tiempo que desperdiga agudos retumbos, rasgueos ensombrecidos y crudeza meditativa; la ensombrecida narración cavila un idílico reencuentro amoroso que sabe más a un vibrante desasosiego por lo imposible. 

Late Night Shopping en vivo 2004



How Little We Need To Be Happy devuelve el foco a la esencia del trovador desprolijo, improvisando con las cuerdas devastadas de una guitarra que supura apatía y dolencias. La maravillosa y enigmática A Fire In The Forest resulta el único momento optimista en el álbum, un cierre catártico, elegante y de espesura electrónica que cala directo en los huesos, desdoblando crudeza lumínica y pasional vértigo vocal.
 

A Fire In The Forest


La belleza e intimidad de este trabajo merece más de una escucha para ser asimilada, comprendida y matizada por nuestro propio parecer, ya sea como un cause de saneamiento personal o como descubrimiento de tesoro musical en bruto: Blemish supura una variedad de sonidos y ruidos que sostienen la confesión de un corazón herido y angustiado. 


Tracklist:

1.- Blemish

2.- The Good Son

3.- The Only Daughter

4.- The Heart Knows Better

5.- She Is Not

6.- Late Night Shopping

7.- How Little We Need To Be Happy

8.- A Fire In The Forest


Álbum completo en YouTube y Spotify 💭

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