SAN PASCUALITO REY – SUFRO SUFRO SUFRO (2003)

 



El concepto de pureza, dependiendo el contexto donde se pretenda utilizar, puede devenir en una perspectiva poco eficiente. Hace varios años, leí en una extinta revista de periodismo musical esta cita: "El rock n´Roll no funciona cantado en el idioma de Cervantes". Lo anterior resulta un tanto despectivo, porque, en inglés, aunque se puede señalar como lengua nativa del género, el rock en español es tan digno como cualquier composición cantada en italiano, japonés, etc. 

Ejemplos valiosos los tenemos por montones, sean provenientes de España o de alguno de los tantos pasillos, riscos o ángulos de Latinoamérica, y en México, el rock tiene una historia por supuesto copiosa. Sin embargo, hacía principios del nuevo milenio requería de un soplo de aire fresco. Agrupaciones instaladas en el mainstream como Maná o Elefante pretendía mantener viva la tradición, pero el peso de su sonido desangelado recaía mayoritariamente en un costado pomposo de pop facilón. 

Y como solución proveniente de una tumba mal sellada en algún viejo panteón perdido, una agrupación que ya se movía con cierta soltura por el underground mexicano, concedió un valioso giro en la historia de la música de nuestro país. San Pascualito Rey fue fundada por Pascual Reyes (voz), Alejandro Morales alias "Nexus" (teclados), Juan Morales (bajo), Adolfo Castañeda "Chewie" (guitarra) y Jorch Romero (batería), en algún momento del año 2000. Provenientes de Ciudad Satélite y con un bagaje musical complejo de enérgicas presentaciones en vivo, la esencia que envolvía su sonido, a simple vista, parecía una fórmula efectiva aunque ya gastada: impregnar la dureza del rock mediante las florituras de música tradicional mexicana. 

La formación original


Tal percepción se queda muy alejada de la auténtica intencionalidad y propuesta de San Pascualito Rey. Sus composiciones llevan al extremo lo antes dicho, apoyándose en diversas texturas electrónicas que los acercan a la experimentación lo-fi, la síncopa enigmática del trip hop, con una pizca diluida de la sustancia post rock. 

Su álbum debut, Sufro Sufro Sufro amarra las inquietudes de una generación frustrada que acaba de superar la espesura de los noventa, afilando su machete con ánimo de celebrar la identidad nacional, más que con cuentos tradicionales, con una narrativa cargada con un dejo inescrutable de melancolía, las condescendientes aventuras de la vida de arrabal y una visión lúdica de la actualidad (de esos años).

Abriendo con Te Voy a Dormir un amasijo entre danzón, psicodelia y rock, decanta los anhelos de un narrador de corazón hinchado que lentamente se desangra; mientras las texturas frondosas se engrandecen mediante un beodo halito.

Te voy a dormir


Disturbios avanza con marcadas líneas de bajo y guitarra, el excelente desempeño vocal y teclados seccionados de resonancia circular; líricamente resulta otro clamor repentino que aspira por el desorden comunitario como fuente inspiración.

Disturbios en vivo



Espero es un sofisticado western espectral que se desliza punzante, como marcha fúnebre sazonada con diversas texturas de efecto borrascoso. Beso de Muerto repercute con su atmósfera misteriosa de mariachi ornamental, fluyendo cálida y lóbrega a la vez con deliciosas guitarras, teclados supra terrenales y narrativa poéticamente luctuosa. Si pudieras ver es uno de los cortes más interesantes de la placa, intercediendo entre una programación de percusiones cautivas, regional lustre y fantasmagoría que apenas permite el paso de una dócil luminiscencia. En Hoy no es mi día la estela psicodélica envuelve con su jerga vistosa, teclados, theremin y guitarras fluyendo con vehementes ritmos que secuestran los pies.

Hoy no es mi día


Flush erige gruesas paredes de teclados y guitarras a tope, apostando por la velocidad y tesituras delirantes que por bien arrastran furia, caos y desazón erupcionando con una extraña represión espiritual. Historias es una balada lenta que aprieta el corazón, jugando un solo vespertino de guitarra eléctrica, coros angelicales, y percusiones contundentes, adicional del estupendo y vivido arreglo vocal. Nos Tragamos es otro medio tiempo encarnando un bolero espacial, construyéndose a partir de acordes cristalinos, sublimes teclados que mutan entre efectos y la cereza en el pastel: el terso canturreo de Pascual Reyes, dolido y taciturno; imposible de no corear con lágrimas cayendo hacia de botellas vacías.

Nos tragamos

Cerquita de Dios es un acercamiento al son de huapango, con una atmósfera enrarecida por el estupendo manejo de ese órgano fantasmal, acordes edulcorados y un hermoso violín que flota como pluma surcando el aire, mención adicional de las voces conjuntas, destilando un alegato dolido. Tuyo continúa apostando por las texturas ensombrecidas con paso meditabundo, esta casi balada es un monumento al romanticismo conceptual. Tírame se vuelve sufridamente épica al evolucionar de su terso susurro hacia una tremenda acción telúrica de ruidismo, riffs contundentes y teclados clamorosos que denotan porqué la derrota también es un cauce poderoso. 

Tírame en vivo

La placa concluye con la emotiva Caminito, mediando con las mismísimas golondrinas y una esencia desoladora que anuncia despedida con sabor de rock gótico. Eso sí, con el respectivo sazón mexicano de coros que aumentan progresivamente, resplandeciendo gracias las guitarras y teclados.

A veinte años de su aparición, Sufro Sufro Sufro se considera objeto de culto por la enorme significancia que trajo a la escena nacional, como un ventarrón de aire fresco o una auténtica promesa de renacimiento cuya resonancia continúa proyectando su indeleble sombra.


Tracklist:

1.- Te Voy a Dormir

2.- Disturbios

3.- Espero

4.- Beso de Muerto

5.- Si Pudieras Ver

6.- Hoy No es mi Día

7.- Flush

8.- Historias

9.- Nos Tragamos

10.- Cerquita de Dios

11.- Tuyo

12.- Tírame

13.- Caminito



 Álbum completo en YouTube y Spotify 💀

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