SONIC YOUTH – SONIC YOUTH (1982)

 


Es interesante indagar acerca del inicio de ciertas agrupaciones, cuando su estética musical continuaba sobre el trayecto iniciático que los catapultaría por esa oquedad evolutiva de la innegable relevancia. El primer lanzamiento discográfico de larga duración en firme de Sonic Youth fue Confusion is Sex, editado en febrero del 83, un inequívoco esfuerzo de furia vanguardista que entremezcla inmediatez punk, desbarro noise y una lóbrega atmósfera pantanosa que no le permite brillar con toda soltura (aunque en parte, fue la intención). Sin embargo, en marzo de 1982 y a través del sello Neutral, propiedad del mismísimo patrono del No Wave en su ramificación musical, Glenn Branca, unos muy jóvenes y resueltos Thurston Moore, Kim Gordon y Lee Ranaldo, acompañados por Richard Edson en batería y labores de producción, editaron un legendario EP, que, sin tener demasiada repercusión comercial, escatimó fuerte en el circuito underground musical de Nueva York.

El cuarteto en 1982

Antes de la maestría rocambolesca de sus guitarras chillantes, galopes machacantes y tonelajes de capas distorsionadas de las cuales, sabrían domar con extraña técnica muy cercana a la perfecta ejecución, este material muestra el muy poco divertido, aunque concienzudo carisma que detonaría su ánimo de invención, torciendo las reglas hasta coronarse en un brioso estilo tan copiado como reconocible.

Fusionando varios matices de aura dionisíaca, el sonido resulta desconcertante incluso para los fanáticos de la agrupación, acostumbrados a las estructuras más uniformes de sus últimos trabajos. Sin embargo, la exploración emprendida, tanto por la agrupación como por el escucha atrevido, resulta en una especie de epifanía que se enrarece casi en automático, pero al mismo tiempo nutre de una “nueva” modulación aural.


Sonic Youth y Swans


La placa inicia con The Burning Spear de enérgica influencia funk, disolviéndose entre capas disonantes que fluyen por el chillido de las guitarras. I Dreamed I Dream es un oscuro corte de tintineos No Wave, cuyas guitarras se transforman en una cobija sofocante que entrecorta el eco post punk de la base rítmica, adicional, el trabajo vocal de Kim Gordon resulta amenazador, complementado estupendamente con las intervenciones fantasmales de Lee Ranaldo. La tribal She Is Not Alone parece emerger del género casi fantástico de la “death disco”, con su jornada minimalista y punteos cristalinos en las seis cuerdas, mientras Moore decora con su timbre meloso y letra bulliciosa. I Don´t Want to Push It revienta con rasgueos metalizados, convirtiéndose al poco tiempo en una correría salvaje en claroscuro de atmósfera primitiva y vocales pulmonares. La instrumental The Good and the Bad, busca emparejarse con los mejores momentos de la ruptura post punk, caracterizando su bajeo contundente y batería somnífera, en una marcha inmisericorde que divaga entre las reminiscencias inicuas de The Pop Group y el enaltecimiento muscular de Wire; permitiendo que las guitarras hilvanen una impenetrable red textural semejante a las sinfonías de Branca, sobrecargando los sentidos con una ilusoria impresión de oscura grandilocuencia.

La versión remasterizada de este trabajo, acaecida en 2006, incluye varias pistas adicionales que bien merecen escucharse con detenimiento, la mayoría registradas en vivo: Hard Work recubre con el ominoso krautrock de Can, una marcha densa hacia ningún lugar, mientras Where the Red Fern Grows vaticina el ensombrecimiento del punk underground, desatándose con discreta rabia e impregnando a bandas de la talla de Nirvana. Cosmopolitan Girl permite a Gordon sobresalir tras el bajo con su voz y letra audaz, en este corte de mixtura compleja y bailable, acercándose a las estéticas de agrupaciones como A Certain Ratio o Josef K. Loud and Soft explota con ensordecedora disonancia que aprieta a fondo el acelerador de la batería y permite a las guitarras extender lóbregos chillidos fastuosos y espectrales por igual. Destroyer es otra pieza instrumental, injustamente olvidada, que bien merece el aprecio de la colectividad gracias a su trote enervado y texturas experimentales dilatadas.





Mostrando su potencial en ejecución e ideas, Sonic Youth “debutó” con un franco “estallido de vísceras” como esquirlas que se entierran entre las neuronas, filosas y metálicas, prometiendo un ascenso meteórico y distinguidamente soberbio.


Tracklist:






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