THE THE – DUSK (1993)
Un álbum surgido desde lo profundo de la ansiedad, cuando el cuerpo tirita cual placa tectónica a punto de
resquebrajarse. ¿Cuánta desesperación puede sobrellevar el espíritu antes de
perderse?
The The es una de las mejores agrupaciones británicas de todos los tiempos,
diamante en bruto de los sonidos sintéticos de los ochenta y una edulcorada
mezcla agridulce de rock alternativo, pop infravalorado y vertiginosos rasgos
de gospel irascible. Comandados por el eterno Matt Johnson, héroe
de una generación irreductiblemente arrastrada por una ola de hedonismo autocomplaciente.
Si bien el éxito de la agrupación edificó un estatus de culto de afanosa
admiración, con una bien asentada base de fanáticos alrededor del mundo, nunca llegaron
el éxito desbordante de grupos contemporáneos como Depeche Mode, A-ah
y Duran Duran; siendo quizá, lo mejor. Mientras que otros gozaban de la
agorafóbica exposición mediática/comercial, Johnson maduró a lo largo de
los ochenta hasta hundirse directo en una espiral soberbia de mieles con efectivo
éxtasis dionisiaco, enarbolando una receta musical de carácter distintivo,
algo palpable en la escucha del excelente Mind Bomb de 1989.
Sin embargo, y como a muchos otros, sucedió que la década siguiente trajo
consigo un estado de gracia extenuante en cambios, estirando un largo brazo de
metamorfosis enrarecidas en donde ciertos elementos preponderantes como los
sintetizadores y esos incesantes ritmos bailables, pasaron a segundo término dejándole
suficiente espacio vital a una esencia de guitarras melódicas y contundentes;
adicional de la sinérgico abanico impregnado en sus letras: resignación, regocijo,
criticismo, expectación desinflada ante la inminente derrota.
Para su cuarto álbum, un cascabeleo misterioso y taciturno, la agrupación,
con una platilla de integrantes más estable, encabezada por Johnson, por
supuesto, contó con la presencia por segunda ocasión del entrañable Johnny
Marr, en la guitarra y armónica, la batería de David Palmer, James
Eller en el bajo y D.C. Collard en teclados, adicional de una
variedad de sesionistas que terminaron enriqueciendo la placa. Cuando Dusk
fue publicado el 25 de enero de 1993, Johnson estaba a punto de cumplir 32
años y ya cargaba con experiencias que se destilaron a través de un severo y
cruel escrutinio personal, abarcando una visión de autodesprecio e inmoralidad.
Si bien el amor es un sentimiento que destila belleza, también se concibe como la base de los momentos más amargos, desarraigados y quizá, oscuros para algunas consciencias demasiado buenas para continuar invirtiendo un esfuerzo inútil entre la humanidad. De este modo True Happiness This Way Lies inicia a través de una parodia de stand up con un monólogo inhumano de corazones resentidos sobre una base acústica, contrastando frente al anaranjado brillo de un ocaso más bien ominoso. Love Is Stronger Than Death es un genial susurro de refinada instrumentación, condensándose a través de un aparente equilibrio emocional que más bien refiere una fría soledad; dedicada febrilmente al hermano menor de Johnson.
Grata sorpresa resultó Dogs of Lust, una favorita del MTV de antaño, por su rítmica cadenciosa y excelsos arreglos, que, sin embargo, se sumerge profundo en las fauces de la oscuridad al describir con una metáfora de poética vil, la inconmensurable lujuria que se apodera del narrador como un rasgo identificativo, casi militante, una dedicatoria tensa para los perdidos, solitarios y lujuriosos.
Thisis the Night referencia su luminoso éxito de 1983, aunque aquí abrigado en claroscuro por un mensaje completamente inverso: durante el día, el optimismo juvenil del narrador pregonaba un porvenir reluciente, ahora, la noche, trae consigo una posición ominosa de las peores pesadillas, el máximo temor a cerrar los ojos en eterna suplica por un auxilio cercano. Slow Emotion Replay es un sincero escrutinio interior, una afrente hacia todo lo que una mente puede conocer o creer, la duda que corroe, lacera e inquieta, no importa si sucede durante el día, la noche o el ocaso, algunos simplemente continúan buscando en sí mismos la respuesta imposible.
Helpline Operator es un blues de paso cauto, inmiscuyéndose a través de leves capas que destilan misterio en viva voz de un narrador que intenta ayudar a otros a la par que se desvive entre un serial de indiscreciones e intimidades, lo que provoca preguntarnos, ¿Se trata en realidad de una hot line? Sodium Light Baby exacerba la atmósfera con sus guitarras de divergencia funky, mientras las ansiedades vocales entretejen una obsesión enrarecida cuyo catarsis no puede alcanzarse, no mientras el objeto del deseo no se vuelva de carne y hueso, destruyendo la tan amada idealización en lo imposible.
Lung Shadows desdobla un susurro que surge ligeramente a través de una enigmática oscuridad, apartando las cortinas invisibles de una negra ambivalencia que discute por una existencia a fin o desconsolada, entre estupendos arreglos de trompetas. Bluer Than Midnight retoma la cadencia del corte anterior, en una especie de sensible secuela, sincera y limpia, melancólica, solicitante por contacto humano, por el auténtico amor que permanece arrojado hacia un exilio emocional que augura más incertidumbre, más sufrimiento. Lonely Planet es la magnificente conclusión, el punto de encuentro entre temáticas: duda existencial, desbocada lujuria, negación preliminar: una intensa divagación de sintetizadores, bajo contundente y melódicas guitarras embarneciendo el mensaje definitivo, no como una advertencia, sino un consejo decisivo: “Si no puedes cambiar el mundo, cambia tú mismo…”
Antesala poco reconocida del britpop y recurso casi enciclopédico, Dusk es una placa exquisita de imaginería nocturna, el camino de la desesperación que logra sanar al herirse a través de su cruel apersonamiento. Esta es una escucha necesaria que merece su total complejidad emocional.
1.- True Happiness This Way Lies
2.- Love Is Stronger Than Death
3.- Dogs of Lust
4.- This Is The Night
5.- Slow Emotion Replay
6.- Helpline Operator
7.- Sodium Light Baby
8.- Lung Shadow
9.- Bluer Than Midnight
10.- Lonely Planet


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