T. REX – ELECTRIC WARRIOR (1971)
Siempre se ha reconocido a David Bowie como figura máxima del glam
rock, un símbolo que trasciende épocas y permea la cultura en favor de sus
propósitos, como la significación propia del ser; envestido con purpurina y
tacones altos. Sin embargo, es necesario hacer notar a aquel
que evidenció el maravilloso transcurso del fin de sueño hippie de los sesenta, hacia un estado de gracia superlativo y espacial que inició con la década del
setenta; porque nadie dentro del glam hubiese sido lo que fue, de no ser por la
existencia del mismísimo Marc Bolan.
Tyranosaurus Rex causó una leve sensación con sus dos únicas
producciones, instaladas en la herencia folk en su parte musical, mientras que sus
letras viraban por el extenso imaginario fantástico de la mente de un Bolan
inspiradísimo con el material literario de C.W. Lewis y J.R.R.
Tolkien. Muy a pesar de sus buenas intenciones y canciones emocionalmente
sencillas, el éxito eludió a la agrupación, la cual trabajó bastante para
despegarse del estatus de culto donde finalmente quedó, pero que, gracias al
ímpetu creativo de su cantautor, una no tan evidente evolución ocurrió de la
mano de otro tipo de influencia: el rock n´roll en mero estado bruto de ritmos
y melodías pegadizas que trajeron un extraño esplendor no del pasado, sino de
un presente donde la confusión sirvió como eje para su desenvolvimiento.
T.Rex, esta vez acotado, mostró a sus dos miembros, Bolan intercambiando
la hegemonía de su guitarra acústica por las posibilidades shockeantes
de la eléctrica, y el percusionista Mickey Finn, acompañados de un grupo
de músicos de sesión además de instalarse en estudios de grabación más esbeltos,
explotando su nuevo sonido y apariencia edulcorada con trajes estrafalarios,
montones de maquillaje y actitud desenfadada, muy a lo dandi que poetas
como Charles Baudelaire tanto caracterizaban.
La revolución desembocó el 24 de septiembre de 1971 con la publicación de Electric Warrior, auténtica bomba que intercambió permanentemente cualquier rasgo de balbuceante folk por un radical rock de connotaciones kitsch. Avatares de un zeitgeist de sonoridades bailables, las letras desaguaron un aspecto no tan explorado y que sin duda, sirvió como un catalizador irreprochable: la sexualidad explicita como un dejo colateral del verano del amor, una expresividad autónoma de roles que se revelan en su razón de ser, en tanto las risas y la diversión suben de volumen a ritmo bifurcado.
La placa inicia con la pegadiza y cadenciosa Mambo Sun, descomunal gracias a la espaciosa producción de Tony Visconti, donde las percusiones ganan el derecho de reclamar el eje conductivo, mientras los acordes distorsionados de Bolan y su entonación vocal ecuestre hacen de las suyas con una lírica obsesionada hacia lo cósmico y el hedonismo. Cosmic Dancer es un caso excelso, tan simple como pomposa, de vocalización delicada se sirve de la guitarra acústica y la batería a medio tiempo, acarreando una emocionalidad atmosférica que recorre la piel liberándose hacia un momento iniciático y entrañable. La irresistible Jeepster es un recorrido de riffs mordaces alimentados por la teatralidad en las percusiones y la esbelta sensualidad de Bolan, quien desviste a sus amantes a través de su cauto ronroneo.
Monolith augura el sonido de la música disco con sus coros pausados que se acompañan de una percusión robusta, guitarra resonante y exacerbada sensualidad en sus líneas vocal y de bajo, además de la casi nostálgica nasalidad de Bolan que se toma su tiempo en tornarse existencialista sin desenfocar su mirada sexual. Lean Woman Blues es tal cual, un lento blues rock de acordes distorsionados con apasionada sustancia que suplica la atención de una musa que al mismo tiempo se niega a atender y sin embargo, el narrador compara con las fuerzas de la naturaleza más bellas e incontenibles. Bang a Gong (Get it On) fue el muy exitoso primer sencillo, valiéndoles un amplio reconocimiento en discotecas de Estados Unidos y de Europa, con su saltarín rítmica entusiasta, bongos, guitarras y voces por doquier, calibrando el espacio aural en la vibra más alta, ideal para cualquier fiesta colmada de excesos.
Planet Queen se impulsa de la contundente mezcla percusiva y las voces de sexualizada cadencia, en tanto su letra emula un cortejo ensoñado. Girl es un breve ejercicio electroacústico de poesía vehemente, incluyendo la exaltación a Dios, el amor carnal a una mujer y el melancólico desprecio a la cualidad animal que caracteriza a los hombres, bajo una lluvia penumbrosa de trompetas y distorsión. The Motivator es un divertido boogie rock coral de acordes románticos y bongos sugestivos. Life´s A Gas resurge el ámbito existencial de arribismos espaciales, con sus guitarras dobladas que intercalan melodías, solos y percusiones de metrónomo; Bolan se luce con su tono nasal que desvive con ritmo y armonías por igual.
Rip
Off es otro augurio de rock directo que anticipa tanto el heavy metal en
forma, el punk y el post punk, con su dinámica de batería, percusiones
entrecortadas, riffs amanerados que blindan la atmósfera de cuerdas, saxos y trompetas. Bolan embarnece su canto con la feroz conjunción de
letras que exacerban el intenso rugido que cierra triunfante el álbum.
Un trabajo pionero, inspirador y cuyo único rival verídico radica en las escalofriantes elucubraciones de Alice Cooper, quien tras su maquillaje y shock rock, se hermanó con los mejores momentos en la carrera de T.Rex, sin embargo, estos últimos superando por mucho la estratosfera de la fama comunal, alcanzando a labrar un destino superior en la vía láctea del rock más portentoso.
1.- Mambo Sun
2.- Cosmic Dancer
3.- Jeepster
4.- Monolith
5.- Lean Woman Blues
7.- Planet Queen
8.- Girl
9.- The Motivator
10.- Life´s A Gas
11.- Rip Off
Álbum completo en YouTube 🎸✨



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