RED HOT CHILI PEPPERS – BLOOD SUGAR SEX MAGIK (1991)
Venidos de una etapa constructiva que pormenorizadamente se volvió
exitosa, los Chili Peppers iniciaron los noventa con su mejor alineación
a la fecha: una voz atrevida (Anthony Kiedis), un saltarín alocado (Flea), aquel jovial baterista (Chad
Smith) y el elemento virtuoso (John Frusciante); irrumpiendo en las listas de
popularidad con el excelente Mothers Milk de 1989, placa que
amplificó el trabajo compositivo del conjunto en una puesta que se decantaba hacia la madurez que bien repercutía con
emociones fuertes.
La agrupación no tardó en firmar con Warner Bros., un jugoso contrato por diez
millones de dólares, trayendo extensas campañas de distribución y mercadeo.
Desprendiéndose de la sustancia irrisoria de la juventud más inmediata (a
excepción de Frusciante, quien continuaba en sus tempranos veintes), los
miembros enfocaron cada rasgo de su creatividad en configurar lo que sería el
nuevo material discográfico, situación que se vio estimulada gracias a la dirección de Rick Rubin, haciéndose cargo de los controles tras la consola, aportando
ideas, mesurando el sonido y detonándolo en aspectos todavía no explorados.
Las sesiones de grabación no sucedieron en un estudio cualquiera, sino en
la mansión de Rubin, la cual perteneció al mismísimo Harry Houdini
y se decía, estaba maldita. Adicional de este dato cuando menos curioso, la
residencia sirvió como refugio para los músicos, dotándolos de comodidad y espacios en
los cuales desenvolverse en favor del muevo material. Manteniendo una estricta disciplina, cada integrante se vio inmerso en
un proceso de desenvolvimiento pleno y experimentación: se incluyeron percusiones
adicionales al golpear barras de metal contra botes para generar un aporte contundente, Frusciante
utilizó una dinámica de riffs mucho más
cercanos al heavy metal, diversificando el sonido
en general al acompañarse de líneas de bajo más melódicas, algo que Flea
nunca había hecho, o por lo menos no con ese control que dotó de elegancia
a su estilo e instrumento, olvidándose de su hasta entonces característico slapping disparatado.
Temáticamente, las letras de Kiedis continuaron su exploración
suprarrenal del sexo, invocándolo o presumiéndolo, una búsqueda irrefrenable de hedonismo
que se acompaña, a lo largo de todo el viaje que simboliza la experiencia aural
de disfrutar el álbum, de grandes alusiones a las drogas (a las cuales, eran
muy afines, por supuesto), e igualmente cargándose hacia conceptos trascendentales como
la muerte o la lujuria más exuberante desde una óptica más compleja. Si bien su
“rapeo” se modificó durante los ochenta, hacia un canto más diáfano y
comprensible, la inclusión de baladas mejoró considerablemente su vocalización,
ganando sensibilidad (igualmente su escritura, desplazándose hacia portentosas imágenes y
percepciones más sofisticadas).
El álbum inicia con una centella, The Power of Equality de galope inquieto, guitarra cristalina y volátiles versos que manifiestan un sentido de equidad distorsionado; el respectivo funk está presente, aunque en dosis meritorias. If You Have to Ask arranca de manera circunspecta, base rítmica diestra entre un punto melódico etéreo y ominoso, añadiendo coros divertidos y un casi lujurioso solo de guitarra, digno del mejor rock de los setenta. Breaking the Girl es el primer esfuerzo acústico de la agrupación, balada de extática sonoridad que incluye un discreto mellotrón, estupendas percusiones saturadas y una letra suprema que enuncia el “crepúsculo del amor”. La divertida Funky Monks se diversifica en una red de texturas de guitarra, el bajo sobrio mantiene su marcha a la par del efecto poderoso de la batería, acompañándose por el cuerpo sónico que irrevocablemente invoca un acto de cópula superlativo.
Suck My Kiss alude nuevamente al sexo con un furor, manifestando saturados golpes a la batería y colmando los canales aurales con intrincados riffs y líneas melódicas en un esfuerzo de inundar las ondas del aire con su apremiante lujuria. I Could Have Lied reafirma, después del desenfreno, el acercamiento a las baladas mediante un dolido canto que compensa con una excelsa guitarra acústica y su base rítmica uniforme, la letra resulta una oda puntual a la perdida y el autodesprecio; sobresaliente su excelente solo de guitarra eléctrica, ejecutado de manera tan fresca. Mellowship Slinky in B Major regresa el picante con su ritmo derrochador, voces impetuosas e insinuaciones atestadas para esta pieza vivida en audaces riffs, además el omnipresente bajo que se permite lujos experimentales. The Righteous & the Wicked es otra pieza de riffs abrasivos, destilándose entre la estilística de un funk explosivo y la fantasía de una fallida utopía hippie que acontece entre imágenes decadentes, dejando atrás un mensaje sobrecogedor: ¿Dónde se desdibuja la línea que divide a los justos de los malvados?
Llegamos al éxito internacional Give It Away, una explosión de rock duro fusionado genialmente con funk, rap y una contagiosa temple de testosterona de percusiones superpoderosas. El contexto de la letra y esencia viene de un encuentro entre Kiedis y Flea con la gran cantante alemana Nina Hagen, de quien aprendieron una regla de altruismo y desapego material. Blood Sugar Sex Magik es otra dilatación de riffs acoplados a un menudo heavy metal que encausa el revoltijo rítmico hacia una incesante detonación de peligrosos decibeles, a la par de una mágica entremezcla de imágenes sublevadamente sexuales.
La ultra conocida Under the Brigde es otro de los puntos altos de esta placa que no tiene desperdicio ni rellenos. Tema que se erige en pasional ternura, aludiendo una terrible adicción e ingratas sensaciones de depresión: el abandono y marginalidad que acarrean las drogas, en tanto se dibujan, a través de la genial guitarra de Frusciante y el paso contiguo de batería y bajo, una preciosa carta de amor a la ciudad de Los Ángeles.
Naked in the Rain devuelve el punto de vista festivo, con salvajes arrebates en la batería, una línea de bajo casi militar, brillantes despliegues guitarrísticos y un genial arreglo vocal. Apache Rose Peacock reaviva los abismos funk con portento en la guitarra y bajo, batería cadenciosa y el sorpresivo cameo de un piano de juguete y trompeta que acompaña su línea melódica, tranformándose en una pródiga mixtura experimental escrupulosa.
The Greeting Song fue un intento de orientación comercial a petición de Rubin, la letra tan sólo referencia el gusto por lo autos, sin más, ganando una actitud más galopante con buenos momentos de guitarra rock y funk con percusiones que asestan golpes precisos. My Lovely Man reinserta las letras elaboradas en favor del fallecido Hillel Slovak, asociando a su estima y buena vibra, guitarras duras al despliegue casi metálico de la batería, completando el ánimo combativo del bajo, el gran arreglo vocal completa con esencia superlativa. Sir Psycho Sexy es un final ominoso que revienta con mucha diversificación sónica: una mezcla de funk y rock pesado, la letra declama una agresiva afrenta sexual que se desviste en un pavoroso ardor de lujuria, desenfreno, sirviendo como eje de la embestida de coros, riffs de lóbrega reverberación, ritmos profusos e incursiones de marimba y mellotrón casi épico. La final The´re Red Hot es una veloz coda campirana original de Robert Johnson, salpicada con el estilo directo de la agrupación como una oportunidad para auto referenciarse.
Lanzado el 24 de septiembre de 1991, Blood Sugar Sex Magik es el mejor álbum (y por mucho tiempo el más vendido) de los Chili Peppers; la llave que les abrió la puerta del reconocimiento y fama planetaria, ese retozado estatus con el que todavía cargan, además de permitirles impulsar a otras bandas del momento, llevándose como teloneros para su gira europea a Smashing Pumpkins, Pearl Jam y Nirvana (un combo inigualable).
Tracklist:
3.- Breaking the Girl
4.- Funky Monks
5.- Suck My Kiss
7.- Mellowship Slinky in B Major
8.- The Righteous & the Wicked
9.- Give It Away
10.- Blood Sugar Sex Magik
11.- Under the Bridge
12.- Naked in the Rain
13.- Apache Rose Peacock
14.- The Greeting Song
15.- My Lovely Man
16.- Sir Psycho Sexy
17.- They're Red Hot
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