SOEN – IMPERIAL (2021)



 

Soen es una agrupación sueca de relativa nueva factura. Organizados por el ex baterista de Opeth, Martín López, han instaurado su sonido a través de un viaje delirante que desglosa metal extremo y rock progresivo en dosis equitativas. En sus filas han constado varios nombres que podemos catalogar como imperativos en el metal, como Steve DiGiorgio, en cuyo currículo aparecen bandas colosales como Death, Sadus y Testament. Su formación actual, además de López como percusionista versado, también cuenta a Joel Ekelöf como vocalista y proveniente de la agrupación de indie rock Willowtree,  Oleksii Kobel en el bajo, además del guitarrista Cody Ford y Lars Åhlund en teclados y segunda guitarra.

Gozando de una trayectoria ascendente

Soen se ha construido a través de sus mismas influencias, siendo Tool, la más próxima y reconocible: instrumentación pastosa, producción sórdida y estructuras matemáticas que recrean una atmósfera atrayente como tortuosa, ingredientes certeros para cualquiera que le guste el rock fuerte, angustioso y de contenido significativo.

Para su propia fortuna, es notorio que la exploración sonora emprendida desde el lóbrego Cognitive (2012), cruzando por las evocaciones de Lykaia (2017) y el excelente Lotus (2019), diversificando la corriente por la cual avanzan con paso firme, sin desechar factores que se sienten muy naturales en ellos: oscuridad, virtuosismo y una sinestésica experiencia de tortura.

Surgiendo de la oscuridad de un mundo en llamas...

Imperial, su quinto álbum, fue editado apenas el 29 de enero de 2021, siendo un regreso contundente, colmado de riffs poderosos, crudas melodías aderezadas por ritmos bestiales y letras si no del todo enigmáticas, bien construidas a sazón de una pluma brillante. Ya desde su comienzo, no podría ser más prometedora la placa, recatando un cierto aire fúnebre grandioso que la empareja con los mejores trabajos recientes de Katatonia. Iniciando con incansables batacazos en Lumerian, erigida a partir de fuertes riffs y vocales armónicas que son llevadas a momentos épicos, ganando una divergencia única: lapsos aguerridamente pesados, melódicos y por supuesto, coros que se quedan impregnados en la memoria. 

La prodigiosa Lumerian

Deceiver sucede como un veloz ataque sonoro que vuelve a proponer voces limpias en total control de sus capacidades; las guitarras, bajo y batería fluyen por su propio caudal proponiendo una sensación de enorme espesura, rematando con un mensaje de lucha superviviente. 

La aguerrida Deceiver

Monarch lanza toda la carne al asador: arranca agresiva, acometiendo con deslices atmosféricos en sus teclados, impidiendo desviarse del impacto titánico de las guitarras y ese bajo supraterrenal. Sobresalen el solo de guitarra, anclándose de lleno como un fuerte rock progresivo y los arreglos de la batería, sonando espectacular. El coro descuella exquisitamente fundamental e imperdible.

Monarch, una espectacular muestra de talento

Illusion tiene un principio calmo, voz y piano eléctrico, anidando la oportunidad de golpear con toneladas al momento de ingresar guitarras y sección rítmica. Decantando una emotividad sublime, el tema se da el lujo de moverse entre distintas sensaciones: desamparo, alegría, oscuridad, enriqueciendo la paleta sónica y transformándose en una cuasi balada que destella portento. 

La bella y descarnada Illusion

La pesada Antagonist recrea con ardor el caos que el mundo ha vivido durante el último año: sus guitarras fulguran desesperación partiendo de riffs cíclicos y densos, vocales guerrilleras sazonadas con efectos de eco, mesura y percusiones contundentes. Metralla en estado puro, justo para oídos que gozan de solos exaltados y una buena dosis de poder. 

Antagonist eleva los decibelios 

Modesty es otro pico supremo: arrancando experimental entre diversificaciones de sintetizador, percusiones templadas aunque precisas, el rigor metálico de las guitarras que vuelca de puntos oscuramente melódicos a chorros de distorsión, una línea de bajo monstruosa y la voz, partiendo de un delicioso suplicio que bebe directamente de la vena del mismísimo Maynard James Keenan; durante su faceta en A Perfect Circle, concatenando el corte entre metal progresivo, heavy rock y algo de post grunge. 

Modesty, sin reservas ni modestia 


La eufórica Dissident es sin duda, mi favorita. Consigue grandes descargas a plenitud de metralla, guitarras fuertes, el bajeo coronado en espesura y una batería de tórrido galope. Perfectamente bien pensada, no permite escapar la intensidad, brindando enormes despliegues vocales, además de ostentar un bello arreglo de piano en su sección media. Fortune va más despacio, ganando en emotividad, crudeza y paisajes sonoros preciosistas: teclados casi atmosféricos, guitarras pesadas, batería decisiva, y claro, la voz que vira entre tonalidades fantasmales y melodías exacerbadas. Una increíble y poderosa forma de concluir tan brillante álbum, donde nada se siente fuera de lugar.

Soen presentó su trabajo más accesible y al mismo tiempo, llano en complejidades: estructuras que desprenden fiereza, conservando con elegancia el sello de su estilo y sonido: Épico, civilizado y marcadamente salvaje.


Tracklist:

1.- Lumerian

2.- Deceiver

3.- Monarch

4.- Illusion

5.- Antagonist

6.- Modesty

7.- Dissident

8.- Fortune


Álbum completo en YouTube y Spotify

Comentarios

Entradas populares de este blog

DAVID SYLVIAN – BLEMISH (2003)

TALK TALK – IT´S MY LIFE (1984)

LOS TOREROS MUERTOS – 30 AÑOS DE ÉXITOS (1986)