GRINDERMAN – GRINDERMAN (2007)

 


Renovarse o morir debería ser el mantra de toda forma de vida, y para cualquier artista. ¿Acaso dar un paso al frente, hacer palpable una diferencia es un proceso sencillo? Jamás, y sin embargo, experimentar, sufrir, transmutar piel, órganos y sistema nervioso en un cause que reviente hasta el cielo, con pretensión de erradicar o destruir lo antes construido, resulta un mérito del que no cualquiera puede colgarse.

Después de los épicos y rimbombantes sonidos de Abattoir Blues / Lyre of Orpheus, conformados en un álbum doble, Nick Cave necesitó desentenderse un poco de la complejidad y amasijo de extremos acústicos y orquestales, sumando músicos e instrumentos como el ejército bajo sus órdenes y disposición. Para escapar de semejante dinámica imperialista, formó junto al incansable Warren Elllis, un nuevo grupo que colocó por delante las raíces del rock primigenio, ahí donde The Birthday Party y los Bad Seeds rompieron el molde a través de una imaginería detallada en excesos e imágenes enrarecidas arropadas con sonidos pétreos, ásperos y un sentimiento primitivo, casi salvaje. Echando mano del bajo contundente de Martin P. Casey, además de las percusiones voraces de Jim Sclavunos, los cuatro jinetes del apocalipsis vislumbraron tras el horizonte, una tierra fértil, inocente y propicia para decantar la suciedad, grasiento frenesí y espíritu indomable de su nuevo hijo: Grinderman, una especie de bestia feroz, hambrienta de sexo irracional, donde las melodías edulcoradas concluyen, los sonidos prefabricados y arribistas en las listas de éxitos, esperan morir tras su paso, siempre al acecho, lanzándose irrevocablemente a la yugular.



Para encargarse de la producción, recurrieron a Nick Launay viejo conocido de los Bad Seeds, quien moderó las extravagancias con antifaces oscuros y los recios golpes, brindando una experiencia sonora excelsa y permitiéndole a la banda desplegarse a sus anchas. Lanzado al mercado el 5 de marzo de 2007, el álbum homónimo desencadenó justo lo anunciado por Nick Cave: una rabieta de canciones apegadas al blues eléctrico, sucio, desparpajado y tremendamente divertido.



Get It On abre clavando su filo entre ritmos insaciables, guitarras saturadas de fuzz, piano y una sórdida letra incrustada en un punto perdido entre la inmediatez y el sexo duro. Habrá que hacer notar el excelente trabajo guitarrístico de Cave en todo el álbum.

Get It On


No Pussy Blues
aumenta el octanaje llevándolo al siguiente extremo: explosivas distorsiones, fantasmas libidinosos de factura literaria, una inconmensurable batería  que supura fiereza y mucho desquicio. 
ElectricAlice resulta un vórtice de instrumentos descomunales: violines desentonados, órgano mugriento, bajo absorbente, buzuki a tope con distorsión y la maravillosa escala vocal de Nick Cave, casi dando catedra de historia. La gótica Grinderman es un desgarrador relato de apetito sexual incontenible, brotando de una exactitud poética poderosa y arropado por cuerdas metálicas que decantan dureza, crueldad, cortadas con filo, a través de una discreta, aunque voraz, distorsión. 

Depth Charge Ethel despierta los instintos más básicos con su dinámica de percusiones y bajo, atacando  inmisericorde hasta sublimarse cuando las guitarras adquieren corpulencia: este es el grito de una agrupación de garage proto punk, aunque más poderosa y suspicaz.

Depth Charge Ethel


En Go Tell the Women las figuras guitarrísticas divagan entre una engañosa simpatía y la malsana diversión rítmica divergente, revelando su querella primitiva, casi en plan de parodia, logrando una activa atmósfera virulenta y rapaz. (I Don´t Need You Yo) Set Me Free es un rapto descarnado, manteniendo de cerca la cáustica elegancia de los Bad Seed, aunque distinta a plomo diametral. Aquí sale a flote uno de los mejores trabajos de Cave, junto a Casey, Ellis y Sclavunos. Un cuasi himno de tonalidades fúricas, destilado con descaro, crueldad y cuantiosas facturas de estridente urgencia.

Honey Bee (Let´s Fly To Mars) se sostiene con su propia maldad ataviada con elegantes trajes, zapatos caros e instrumentos de la mejor gama. Empuja su sonsonete veloz de bajo poseso, guitarras, órganos que cachetean con distorsión agraviada, coros acometidos con cinismo y ese alegre ímpetu de sexo desmedido. La breve Man In The Moon es una sentida balada, un tributo apreciable de Cave hacia su padre: melodías cálidas donde su poesía circunspecta navega.

When My Love Comes Down recupera su aliento entre la maraña de capas de guitarra, bajo monstruoso y la promesa de compases que amenazan sin necesidad de provocación: El deseo hace presencia y gala por medio de la letra de Cave, cobrando vida con su voz grandiosa.



Love Bomb cierra la placa en medio de una explosión impulsada por la lujuria y desvergüenza a un extremo infernal. Cave logra uno de sus mejores momentos tras la guitarra, mientras sus compañeros asumen su papel de regentes consumados; en este ejemplo maravilloso de caos, sangre, lucha y gloria.

Grinderman (grupo y álbum) es una escucha ultra satisfactoria. Un estado de catarsis directo, poderoso y enfermizo. Si bien, el álbum no obtiene un diez cerrado, no necesita de tal posición: su llama se quema con distinto albor, orinando litros de gasolina y fumando directo del cartucho de dinamita.



Tracklist:

1.- Get It On

2.- No Pussy Blues

3.- Electric Alice

4.- Grinderman

5.- Dethp Charge Ethel

6.- Go Tell the Women

7.- (I Don´t Need You To) Set Me Free

8.- Honey Bee (Let´s Fly to Mars)

9.- Man in the Moon

10.- When My Love Comes Down

11.- Love Bomb


Álbum completo en YouTube y Spotify 🐒💣

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