JEHNNY BETH – TO LOVE IS TO LIVE (2020)

 


Casi siempre y por causa de una especie de regla secreta o metafísica, el debut como solista de la voz principal de una agrupación resulta mejor que interesante. Y para ejemplificar el caso, Jehnny Beth lanzó un álbum desafiante, intenso en experimentación y resoplo femenino.

Un valor que bien distingue su trabajo en Savages, es el arrojo interpretativo con el que se desempeña sobre el escenario, colmando de tesituras vividas las canciones, nivelando con genial maestría su de por sí, poderosa voz, entre rugidos etéreos y lamentaciones que bifurcan entre las capas enrarecidas del aire. Dentro del par de álbumes que ha editado junto con sus compañeras de banda, es visible la marca de artistas como Siouxie Sioux y Patti Smith, aderezando su estilo con rabia exacerbada y empática oscuridad, su plato propio, To Love is to Live, se rodea de un aura enigmática que por momentos resulta deliciosamente incomoda y sublevada.  

No estamos ante otro disco de post punk, sino a un acercamiento concienzudo de art rock, desligando atmósferas de sonoridad barroca, adicional del severo escrutinio que se realiza en la lírica general del álbum, acerca de la libertad sexual, sin caer en aspectos redundantes y evitando tonos chocantes. En palabras de la propia Camille Berthomier (nombre real de Jehnny) la chispa que engendró este esfuerzo discográfico, devino del día cuando David Bowie falleció, percatándose que su último disco, Black Star (2016) había calado profundo en ella.

Lanzado el 12 de junio de 2020, algo que podemos reconocer de inmediato, es la sinceridad que se destila a partir de los once cortes que componen este “Amar es Vivir”. Sin duda, este trabajo no es una versión distinta de Savages, sino un golpe al timón más enriquecido por el propio concepto nocturno de su autora.

I Am supura de una atmósfera conceptual poderosa, que lentamente incrementa en ímpetu, sorprendiendo gracias al acento retador de la voz y su entrelace con el fabuloso arreglo de cuerdas y sintetizadores, además de su bajo profundo y guitarras chillantes. Innocence aborda un ánimo experimental, engrosándose agresiva con un despliegue de feroces cavilaciones que mezclan percusiones conspicuas y vibrantes texturas que viran entre lo luminiscente y la densa penumbra. Resalto la excelente producción de este corte, edulcorando todos los elementos sonoros en perfecto y hostil equilibrio. Flower reposa entre ritmos acompasados y texturas electrónicas, creando una atmósfera deliberadamente sensual que rescata los ecos más sensibles de Depeche Mode, añadiendo un jugueteo de susurros y coros contundentes. La letra recrea el agudo acto de seducción de una mujer hacia otra, un debate poético y nocturno: deseo y lujuria descarnadas.

Flower


We Will Sin Together resulta ejemplar y pasmosa, melódica con su piano, teclados y ritmos corales, deslizándose inquietante capa tras capa electrónica, mientras su letra, contiene un evidente renglón narrativo que se enlaza de la mejor manera, con A Place Above recitado por el actor Cillian Murphy, acompañado de un breve arreglo amenazador. I´m the Man desata el caos de sintetizadores y percusiones programadas, adicional de su batería orgánica que sólo agudiza el ataque de vibraciones electrónicas y guitarras filosas. Beth regala una de sus interpretaciones más apasionadas, manejando con sagacidad su voz entre susurros sobrecogedores y su timbre enérgico.

I´m the Man


The Rooms prosigue experimental, añadiendo arreglos de cuerdas, piano y saxofón, acercándola a tesituras de jazz que se disfrazan con sonidos pregrabados de una calle. La interpretación de Jehnny es magnífica: tan lóbrega como  atrayente. Heroine conforma su cuerpo de percusiones y distintas capas que se acondicionas bajo el rigor fibroso de la voz, en tanto más de un sintetizador colisiona con el espíritu de Nine Inch Nails, transformándose en un corte extrañamente épico y sensible. 



Llegamos a How Could You la cual arremete con experimentación salvaje, cortinas de sonidos delirantes y la promesa de Beth, por sorprender en esta pieza que explota con furia industrial. Sin duda, requiere más de una escucha para desentrañar cada elemento que conforma el brío sonoro y vocal, resultando en uno de los mejores tracks (si es posible) de todo el plato. Frech Countryside es una hermosa balada de piano, desnudado el canto diáfano de Jehnny a través de una letra completa en imágenes y sensaciones aderezadas con portentosos arreglos de cuerdas y camas de sintetizador.



Human es el as bajo la manga: un extraordinario y gigante resumen de música atmosférica, inquietante y poderosa, con arreglos lóbregos, cuerdas desafinadas y vocales absolutistas, desembocando un ataque ríspido de sintetizadores que rayan la genialidad. Este corte ensalza enigma y peligro desde su herencia post punk/new wave de principios de los ochenta y adicionando distorsión en la voz hasta sublimar lo mejor posible, toda la tensión centellante.

Uno de los mejores álbumes editados el año pasado, To Love is to Live puede resultar indigesto para algunos oídos, aunque, gracias a esta misma particularidad, su agresión, desenfreno y oscuridad, desembocan en una exquisita y cuando menos, extraña belleza.


Tracklist:

1.- I Am

2.- Innocence

3.- Flower

4.- We Will Sin Together

5.- A Place Above

6.- I Am The Man

7.- The Rooms

8.- Heroine

9.- French Countryside

10.- Human

Álbum completo en YouTube y Spotify

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