DEFTONES – OHMS (2020)
La trayectoria de Deftones resulta por demás sólida y reconocida, tanto que funcionó desde un principio cuando a mediados de los noventa, dieron el banderazo de salida al infame
Nü-Metal, enarbolándose en una escena que dio mucho de qué hablar comenzando el siglo XXI. Sin afán de causar
controversia, es evidente que ellos lograron destacarse de la manada, llevando su estética
musical hacia terrenos más elegantes.
La agrupación conformada por Chino Moreno en las voces, Abe Cunningham
en batería, el guitarrista Stephen Carpenter, Frank Delgado en
teclados y samples, además de Sergio Vega en el bajo, quien se integró a
sus filas diez años atrás, con la partida del malogrado Chi Cheng; ha logrado mantener un estilo consistente, una especie de marca de la
casa: música enérgica y saturada, cargada de oscuras atmósferas inquietantes; incorporando con amplio manejo, bifurcaciones estilísticas experimentales que oscilan desde el heavy
metal edulcorado con rap, post grunge, dream pop y shoegaze.
Ya desde 2018, nos habían platicado sobre la llegada de nuevo material,
algo que resarciera la declarada indiferencia con la que Gore (2016) su placa anterior, fue
recibida por publico y critica. Y vaya que la espera resultó en un álbum
vibrante, oscuro, equilibrando el avezado aprendizaje de su trayectoria con el
calibre de su furiosa normativa.
Reunidos con el productor de sus primeros cuatro discos, los más
entrañables, sin duda y los cuales incluyen White Pony (2000), Terry
Date, quien para estas alturas, posee la experiencia de haber trabajado con
Overkill, Smashing Pumpkins, Pantera, Soundgarden, Fishbone,
entre otros; significó un plus significativo. Envolviendo las grabaciones en un
proceso para conseguir la mejor versión de estas. Dicho resultado fue el
impresionante Ohms, lanzado el 25 de septiembre del año pasado.
Y no es para menos la cantidad de elogios que recibió con su estreno, una canción como Genesis, para iniciar este viaje entre portentosas opacidades y belleza que descubre un agudo conflicto, tras la bien pensada producción y sobre todo, espléndidamente ejecutada. De inicio, los teclados de Delgado suponen un intro de carácter espacial acompañado por algunos rasgueos en la guitarra, estallando en su bien acreditada intensidad Deftones. Sin embargo, cada instrumento se encuentra moderado conforme a la voz de Moreno, exacerbando un aspecto más artístico y refulgente.
Ceremony es un viaje hipnótico en espiral, gracias a las bien logradas melodías vocales de Moreno y la acción incandescente en la guitarra de Carpenter, quien vuelve a destacar en este trabajo. La sección rítmica es deliciosa, tan visceral y enardecida. El trance seductor se transforma de inmediato en Urantia, un severo ataque de metralla, coros interesantes y guitarras fuertes cercanas al thrash. Los teclados, bajo y batería destilan un nocturno esplendor, tan presente en las letras de Moreno, quien no cede ante el influjo de sus demonios internos y habrá que decirse, estamos agradecidos que aun logren entrelazar estas imágenes tan contundentes, con su caótica explosión sonora.
Error es un ejercicio de distorsión, platos y cajas refulgentes, además del bajo monstruoso, sobresaliendo rítmicamente y otorgando un sentido más efectivo a los impulsos rocambolescos en la voz. Los teclados están presentes como una cama melódica que se funde irreductiblemente con el ruido colosal de la guitarra. The Spell of Mathematics resulta uno de los puntos más altos y épicos del plato: los teclados conforman una atmósfera que discretamente se expande tras las guitarras impresionantemente abrasivas. La línea de bajo es agresiva y el despliegue de la batería no podría ser más elegante; mientras el desempeño vocal de Chino gira de lo sinuoso hacia lo demencial. Pompeji es otro gol que revienta en el fondo de la portería. Experimental, empañada con atmósferas de teclado y mucha acción en guitarra y bajo; volviéndola por mucho, más melódica y efervescente sin perder ápice de salvajismo y su letra no menos sardónica.
This Link is Dead tiene una circunspecta conexión con el tema anterior, iniciando de forma cauta, y exaltarse a través de un nuevo arrebato de guitarras pesadas, la sección rítmica delirante y fuertes canturreos que destilan los sentidos hacia un espectro más catártico. Anoto por último, un medio tiempo de respiro solemne, antes de arremeter con toda potencia de nuevo. Radiant City inicia con distorsión de bajo, a la cual se integran batería y guitarra, consintiendo junto con la voz, un tema brillante, tanto en estructura y cambios súbitos, engrosando el dramatismo por medio de una espectacular cólera que se percata cobijada por teclados, y de nuevo, resultan mejor que esplendorosos. Headless desprende un efecto urgente y pasmoso, donde voz y riffs de guitarra refieren una tormenta que se contiene, pero continua vaticinando una inminente destrucción a través de excelsos coros y atmósferas punzantes.
Ohms,
primer sencillo del álbum, funciona mucho mejor dentro del contexto general del
álbum; convirtiéndose en un cierre poderoso ceñido con espesos mantos de
guitarras, la voz de Moreno siempre tan expresiva, rigiéndose como un aullido sin mesura, aderezando la sección rítmica de apasionada
ejecución.
Gozando de un atributo que me atrevo a emparejar con el art rock, Ohms
es un trabajo sin desperdicio, de lo mejor que el grupo pudo otorgarnos en su
reconocida trayectoria y lejos de albergar algún tipo de vacilación, alimenta
con gran acierto.
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