RUSH – PERMANENT WAVES (1980)
A lo largo de casi cincuenta años de trayectoria, Rush, oriundos de Canadá
y apersonados en el talento del extravagante Alex Lifeson, en las seis
cuerdas de la guitarra, Geddy Lee, encargándose de la voz, bajo y una
gama diversa de teclados y sintetizadores, además del entrañable Neil Peart,
percusionista extraordinario y logrado letrista, quien falleciera en febrero de
este vertiginoso año 2020.
Estas Ondas Permanentes o también Olas Permanentes,
dependiendo de cómo se guste contextualizar, marcaron un cambio estilístico para
la banda, y estamos muy a punto para conmemorar el álbum. Después de los embistes
sulfurosos rockeros de sus primeros álbumes, cuyo sonido viraba aun en sintonía
de una de sus máximas influencias, Led Zeppelin, llegó su primer golpe
al timón con 2112 (1976) afianzándose dentro de los miramientos
holísticos del rock progresivo.
Grabado en Le Studio, Quebec, durante los meses finales de 1979, Rush experimentó
con un género que ya estaba haciendo bastante ruido: el New Wave. Disminuyendo sus
pretensiones significativas en pos de un sonido destilado, aunque no carente de
concepto, las canciones resultantes fueron muy atinadas dentro su constante
crecimiento musical.
Compactando su ya sobresaliente sentido de epicidad, junto al estilo brioso
de componer, esta nueva dirección resultó una bocada de aire fresco y
refulgente. Más accesible y asertivo, las listas de éxitos no dejaron escapar
los temas principales del plato, enmarcándolos, sobre todo, como favoritos indiscutibles
de los fans.
Lanzado al mercado el 14 de enero de 1980, y a cuarenta años de distancia,
la sonoridad aguerrida de Permanent Waves continúa divergente a través
de las capas del aire. Aumentando el uso de sintetizadores, y bajándole
enormemente a la grandilocuencia, los ritmos complejos mostraron un rostro
sorpresivo: una intensa y divertida experimentación con el reggae encontraba
presente.
Entre la incursión de este, dentro de sus jams y el new wave, con
sus frecuencias alargadas y elegantes, la banda fortaleció su dinámica hard
rock, quedando espléndidamente demostrado en las seis canciones que conformaron
el álbum.
Arrancando con altividad, Spirit of the Radio es un vehemente logro progresivo, con percusiones consistentes y la guitarra brindando rocambolescos riffs. Fue elegida primer sencillo, convirtiéndose en una de sus canciones mejor logradas comercialmente. La letra es una elegía hacia una estación de radio de Toronto, que terminó utilizando la canción para musicalizar el inicio de sus transmisiones. Gracias al versátil canto de Lee, la pieza es una alegre carta de amor a la música.
Jacob´s Ladder retoma la dinámica progresiva del grupo, con melodías que inician lentas para tornarse fastuosamente épicas. La pieza es un enérgico ejercicio de cambios rítmicos, la guitarra de Lifeson sostiene acordes duros, mientras la batería de Peart embiste con su marcha inagotable, por otro lado, el bajo se mimetiza perfecto, abriendo paso a la línea atmosférica de sintetizador. Gracias a la temática de su letra, retomada de una visión de Jacobo plasmada en la Biblia, acerca de una tormenta insoldable, emanando un arenoso efecto que se acrecienta conforme la canción avanza. Entre Nous prepondera su inicio a través de los sintetizadores, para regresar a la afanosa convivencia entre guitarra, bajo y batería. Su letra es un desmenuzamiento directo sobre las relaciones personales, una búsqueda de significado para la convivencia, es sólo una cuestión de mecánica e instintiva comunicación o quizá, se trata de un elemento mucho más profundo. Different Strings se desenvuelve lenta, sensible y acústica, acompañando la voz de Lee con piano, y con suficiente aire ganado, este retoma su bajo con una línea compacta que se integra espléndidamente a batería y aderezando la pieza con formidable elegancia.
Natural Science se desarrolla en una
arrebatada y grandiosa suite de tres partes. Convergiendo en su letra,
el poderío tempestuoso de la naturaleza y una portentosa reflexión sobre la
civilización humana, la tecnológica y la investigación genética. La vocalización
de Lee se deja arrastrar por un efecto de eco mientras la guitarra
acústica de Lifeson le sigue de cerca. Pronto, la pieza se vuelca de
lleno en un enérgico furor de hard rock. Destaca su compleja ejecución a través
de cambios de ritmo y armónicos, los redobles de Peart fortalecen las secas
melodías de la guitarra, y cambiando de nuevo hacia una diligente sinfonía y
empoderándose con su final verdaderamente épico, la grabación al desnudo del arrojo
de un huracán golpeando con ráfagas de brisa y mar.
Permanent Waves posicionó a Rush como uno de los highliners
indiscutibles del olimpo del rock progresivo y un referente necesario. La portada
capta a la modelo Paula Turnbull dejando atrás el malecón de Galveston, Texas, en
el momento cuando el huracán Carla azotó en 1961. Tal portada causó controversia
por varios factores: el borrado de marcas comerciales en algunos anuncios, el
encabezado de un periódico que dictaba “Dewey derrota a Truman” y un vistazo a
la ropa interior de la modelo, la cual se hizo visible por el viento en el
estudio fotográfico para ejemplificar el efecto del citado huracán.
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