PEARL JAM – GIGATON (2020)
Es bien conocida la fuerza natural con la que Pearl Jam se ha
desempeñado en casi treinta años de trayectoria. Los oriundos de Seattle
regresaron este 2020 con un estupendo trabajo en manos, demostrando por qué
continúan siendo una banda seminal del rock moderno.
Cargado temáticamente con un fiero discurso ambientalista, Gigaton, es
una demostración vigorosa de un plato redondo y de calidad. La producción quedó
a cargo de Josh Evans, quien moderó perfectamente cada uno de los
elementos, colocándolos en el justo lugar cuando se requería.
Porque después de dos álbumes con resultados irregulares, Backspacer
de 2009, cuyas reseñas fueron mayormente favorables, que a mi parecer, es uno
de los puntos más bajos de su carrera y Lightning Bolt de 2013, con
cierta altividad y estridencia, pero que fallaba en cohesionar agresividad con
el carácter solemne de su segunda mitad. Este undécimo material funciona como
un respiro de aire fresco, con momentos en verdad novedosos y otros más complacientes.
Si bien la agrupación comandada por Eddie Vedder, que incluye a los
guitarristas Stone Gossard y Mike McCready, además del bajista Jeff
Ament, y tras la batería, Matt Cameron, ya se encuentra coronada
como un referente necesario, no sólo del grunge, sino del rock en general, y que
nos brinden música nueva, siempre será bienvenido.
Gigaton es arranque poderoso en su intención, con canciones vertiginosas, un
contenido letrístico bien pensado, además de riffs impetuosos plenamente reconocibles.
Lanzado el 27 de marzo de este 2020, sus primeros sencillos denostaron un
rostro significativo a explorar y lo que sin embargo, también resulta unos de
los factores criticables del plato.
Arrancando el viaje con Who Ever Said donde la batería y guitarras
toman por asalto con su dinámica estrepitosa. La voz de Vedder está en
plena forma, mientras los riffs se desenvuelven como en los temas de más filo
de los Who. Con Superblood Wolfmoon sobreviene un ataque furioso
de riffs arrebatados, que añadido el galope de su sección rítmica, encabezada por
la implacable batería de Cameron, enriquecen la tensión que desprende el
rijoso canto de Vedder, vertido en furiosa inmediatez. Dance of the
Clairvoyants fue un total acierto como primer sencillo. Desprendiendo una
frescura revitalizadora para la agrupación, es notorio el atrevimiento
compositivo al integrar una batería mecanizada, un bajo funky que se deja
abrazar por líneas entrecortadas de sintetizador, conjuntando la dinámica ligera
en las guitarras y el desempeño vocal que se impregna de la esencia new wave de
los Talking Heads. Quick Escape comienza punzante con el aullido
directo de las guitarras de McCready y Gossard, adicional de la
maravillosa línea de bajo cortesía de Ament. La letra de Vedder contiene
sus ¿atinadas? afirmaciones políticas, y guiños a Led Zeppelin,
cuya influencia sonora es evidente. Alright destila en su inicio
meditabundo una esencia de The Who cuando experimentaban con
sintetizadores, reduciendo la velocidad y direccionándose hacia el art rock más
calmo. Seven O´Clock es uno de los puntos altos, donde los
sintetizadores son brillantemente agrupados, añadiendo un atmosférico al trabajo
textural de las guitarras. Poco a poco la pieza se acrecienta hasta su clímax
tan emotivo como épico. Never Destination retoma las guitarras
fuertes y acelera al límite, mostrando una influencia directa de Bruce
Springteen en el brío desempeño de Vedder, en tanto los solos de McCready
se adueñan del tema. Take the Long Way contiene un gancho
enérgico que recuerda a lo mejor de Soundgarden, aunque su intensidad no
equipara a la pieza anterior. El respiro acústico, por supuesto, no podía
faltar. Buckle Up cortesía de Gossard condensa sensibilidad
country, la guitarra acústica gana terreno, y es perceptible un estupendo
trabajo de piano por detrás. Comes Then Goes ahora de Vedder, es
la despedida acústica a un amigo, abrazando la emotividad en las seis cuerdas y
la voz. Supuestamente, el tema está dedicado a Chris Cornell, fallecido
en 2017. Retrograde continúa con dinámica acústica, siendo una especie
de tercer apartado con estas características. Se añade bajo y batería, brindando
una sensación de mayor fluidez, sin que se pierda ni un ápice de emotividad.
Esta canción trae los mejores momentos del Pearl Jam de antaño,
añadiendo ciertos matices con sintetizador y guitarra eléctrica. River Cross tema de Eddie Vedder fue previamente interpretado tanto en solitario
como con la banda. Se le otorga un espacio preponderante al órgano interpretado
por el cantante, mientras los elementos que aportan sus compañeros resultan mejor que consistentes:
la contundente percusión de Cameron, el bajo firme de Ament y sazonando
con el dueto de guitarras atmosféricas.
Gigaton es un álbum interesante, con una sólida cohesión de temas, una causa lirica
marcada, la cual se aplaude, puesto la preocupación ecológica siempre será importante
y es visible desde su portada, un imponente tempano de hielo que lentamente, se
derrite a pesar de su gélido ambiente. Aunque es muy notorio que hay grupo para
rato, sólo el tiempo dirá cuánta energía pueden desplegar a través de su
música.
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