PRETENDERS – PRETENDERS (1979)
El álbum debut de Pretenders, marcó un antes y un después para el
new wave y el punk rock por igual. Si bien, existe una cantidad apabullante de
música que resulta mejor que relevante para ambos subgéneros, pocas cuentan con
el talento de Chrissie Hynde.
La lideresa de la agrupación británica-americana y proveniente de Akron,
Ohio, también es la principal compositora y único miembro recurrente, después de
cuarenta años de trayectoria. Las 12 canciones que integran su primer opus,
son irreductible muestra de una espectacular inspiración, realizando un
valeroso y lamentablemente poco recordado, resumen de tres años de existencia
de un movimiento musical que vino a radicalizar muchas cosas.
Compositivamente, Pretenders es álbum juvenil y enérgico, su filo crea un
increíble efecto pegadizo que provoca en el oyente, la irrefrenable sed de
mover la cabellera, brincar y bailar, aun cuando no se tenga desarrollado un estilo definido para sacudir el cuerpo, aunque el detalle en realidad, se vuelve indistinto.
El plato fue grabado en 1979, aunque su publicación, cuyo asunto puede
resultar algo complejo debido a las dos fechas de lanzamiento que presentó: en los
Estados Unidos se estrenó el 27 de diciembre de ese año, mientras en Reino Unido sucedió hasta el 11 de enero del 80. En todo caso, son cuarenta años bien
cumplidos, en un viraje de estilos, estéticas y propuestas en las que el punk
como tal, queda rebasado y sólo queda rescatar ese impulso “Do It Yourself”
entremezclándose con reggae, soul, rock clásico y una chispa de pop intransigente a la Kinks.
Habría que destacar, sobre todo en este trabajo, la calidad vocal y
letrística de Chrissie Hynde, quien descargó perfectamente sus experiencias
al llegar a Inglaterra en el 73: desde trabajar en la tienda de ropa de Malcolm
McLaren, convivir con los Sex Pistols y escribir para la New Musical
Express. Y precisamente de eso se trata el hacer artístico, verter emociones e ideas en un
trabajo que en primer nivel, satisfaga la expectativa propia y posteriormente, logre esa conexión especial con otras personas que
aprecien ese proceso de comunicación.
La primer canción que recibe al escucha, es Precious un asalto tenaz de ritmos y melodías uniformes que no se quedan atrás y explotan tras cada riff. La energía del punk se siente más viva que nunca, salvo que esta vez, su mordida se transfigura en un acto más inteligente.
The Phone Call abre con un rasgueo pedregoso en la guitarra, potenciando su inmediatez con briosas melodías y su sección rítmica a galope intenso. La letra relata un curioso suceso que Hynde vivió en carne propia, al atestiguar la declaración vengativa de un amigo suyo, furioso por la infidelidad de su novia.
En Up the Neck Chrissie suelta su voz dotada de color. No así de las guitarras cuya esencia pareciera una boa constrictor con afilados colmillos, en una mezcla efectiva entre los primeros Clash y King Crimson. Podemos detectar por igual, cierto aire melódico de The Cars, con esa dinámica girando hacia lo calmo, para después brincar exacerbada. La letra narra una experiencia sexual grotesca, cuyo reclamo, vira más hacia la experiencia sentimental.
Stop Your Sobbing es original de los Kinks, cuya esencia se percibe intacta, sin embargo, los arreglos de Pretenders le brindan una contundencia mayor, elocuente a través del juego vocal de Chrissie. Sin duda, una pieza que brilla con luz propia, intercambiando la tersa oscuridad en los temas predecesores.
Kid tiene todos sus elementos acomodados para figurarse como una balada pop, por excelencia. Luciendo gala de New Wave con sus riffs de guitarras luminosas, el maravilloso canto de Hynde y la precisa sección rítmica, cual manecillas de reloj suizo.
PrivateLife se introduce en el reggea con cierta factura misteriosa. Si bien The Police y los Clash hicieron lo propio, Pretenders transita por el mismo caudal, bajo sus propios términos. Lenta, acompasada y con guitarras que brindan diversas texturas que reposan en el adultero drama de la letra. Brass in Pocket es otra canción donde las melodías pop imperan, con suspicacias en la letra. Los arreglos son más sencillos, siendo fácil engancharse en el tono de sus guitarras y en las vocales limpias y clarificadas de Hynde, quien canta con mucha pasión.
Lovers of Today comprende un rostro más
sensible a través de la profundidad en su letra. El riff acompasado en sus
guitarras poco a poco se aprecia ascendente, otorgándole un impacto casi
épico, mientras Chrissie vuelve al ataque, demostrando con justa razón,
porqué esta es una de las mejores canciones del plato. Mystery Achievement cierra
con brío. Incursionando los instrumentos de manera paulatina, batería, bajo,
guitarra y voz, para acrecentar su poderoso galope. Con enormes
solos de guitarra incluidos, la pieza resulta un militante ejercicio pop, soul
y rock directo de grandes connotaciones musicales.
Pretenders, el álbum, fue el principio de una valiosa trayectoria, cuya alineación en ese momento, dispuso alejare de cualquier convencionalismo musical, regalando momentos verdaderamente poderosos y elegantes. La perspicacia de la agrupación continúa alimentando las fauces del rock, gracias a su frescura, espontaneidad y talento nato.
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