BLACK SABBATH – HEAVEN AND HELL (1980)

 




Renovarse o morir: una frase tan verdadera y gastada. Después de dos álbumes con resultados irregulares, Technical Ecstacy [1976] y Never Say Die! [1978] no eran pocas las opiniones que consideraban a Black Sabbath daba sus últimas exhalaciones sobre la lona.

El mainstream musical había cambiado considerablemente, dándole exceso de luces al ajetreo Disco, adicional de absorber las ramificaciones del Post Punk. El heavy metal comenzaba a embarnecer a través de nuevos aires, cosa que Sabbath aprovecharía singularmente para demostrar que no estaban pasados de moda ni moribundos.

Si bien desplazaron a Ozzy Osbourne (para bien o para mal), el resto de los integrantes inició un proceso de corrección y transformación que se volvería constante en años posteriores. Tony Iommi consumó su título como dirigente absoluto de la agrupación, cosa que no fue del todo bien vista por Geezer Butler, quien dimitió al poco tiempo. Con Bill Ward aun en la batería, contrataron a Geoff Nicholls para encargarse del bajo, y por supuesto, la integración más importante: Ronnie James Dio encargándose de la voz tras el micrófono.

La plantilla renovada...

Para Dio, proveniente de la banda Elf y de los implacables Rainbow, fue relativamente sencillo integrarse, y desde las primeras sesiones de ensayo, comenzaron a surgir las canciones que conformarían este Cielo e Infierno.

Grabado de octubre del 79 a enero del 80, fue publicado el 25 de abril de ese año. Con cuarenta años bien cumplidos, este álbum fue sin duda, una entrega colosal de talento técnico de apasionantes riffs y acordes duros, añadiendo extenuantes capas  de sintetizadores, efectos volátiles y orquestaciones que alcanzaban lo épico, las dimensiones logradas en este sonido "restablecido" cimentaron diversas densidades dentro del rock, adicional claro, de la bien conocida base primigenia de blues y psicodelia ritualística.

Ya con Geezer de regreso, Nicholls pasó a encargado definitivo de los teclados, brindando soporte únicamente, y disminuyendo la fallida intervención electrónica de Iommi. Acompañados por la excelente producción del legendario Martin Birch, el equilibrio entre instrumentos ganó en potencia y modernidad. El genial desempeño diametral de Dio, en comparación al de Ozzy (en voz y desempeño escénico) aporto una elegancia a su respectiva puesta en escena, encargándose de escribir completamente las letras y focalizando más en la fantasía épica, sin olvidar la convicción tenebrosa perteneciente al concepto de Sabbath.

                                                                Los magos en acción


El álbum comienza indomable a través del sendo galope de Neon Knights, destilando bravura en el arreglo vocal de filo inmisericorde, en tanto la guitarra y bajo son martillazos a la cabeza. Children of the Sea fue compuesta por Dio apenas 15 minutos de haber iniciado sus ensayos con Ward y Iommi. Engañosa en principio, por su sensitiva guitarra acústica, la contemplación se transforma en una erupción volcánica, centellante y onerosa. Su letra mística resulta un apocalíptico relato expandiéndose por medio de las texturas de los sintetizadores, además, el colosal solo de guitarra de Iommi es sobrecogedor. 

Caballeros de Neón

En Lady Evil sobresale el bajo sintetizado y  los solos de guitarra fluidos. Esta es una canción más típica de Sabbath, sobre brujería y la presencia ominosa de una feminidad arcana. Su coro con las voces sobre grabadas de Dio resulta en lo más pegajoso del álbum. El tema que nombre el álbum, Heaven and Hell es un tremendo disturbio a la fuerza, de los mejores arreglos de guitarra que Iommi jamás ha brindado. Desde su monumental riff que apretura, la batería de palpitación constante y sus líneas de bajo melódicas, la interpretación de Dio es tan emocional y enérgica que enchina la piel en segundos, gracias a su mezcla de connotaciones épicas, uno de los momentos más grandes de Sabbath atacando con toda metralla. 

Cielo e Infierno

La segunda parte del plato, comienza con Wishing Well siendo una absoluta rareza vuelta en joya: Black Sabbath cantándole al amor; en lo que sin embargo, no es una balada. Este porrazo de rock pesado de riffs contundentes y sección rítmica en pleno brío, fluye poderosa. “El tiempo es un viaje sin final, el amor es una sonrisa interminable…” Nos canta Dio con toda razón, desafiante como una fuerza de la naturaleza. Die Young introduce unos teclados espaciales dignos del rock progresivo y esencia nocturna cuasi espectral, atacando con sus riffs memorables, sección rítmica contundente y solos de eco violento.

Muriendo joven 

Walk Away tiene un sonido más asertivo, se nota que la guitarra de este corte influyó algunos trabajos de bandas tan variopintas como Van Halen, Queen, Aerosmith y Metallica. Sin embargo, no deja de sonar completamente a la dinámica de Sabbath, con toda hondura y pastosidad. Lonely is the Word es el final perfecto para este penumbroso clásico. Lenta, oscura, depresiva, con un Dio impecable, guitarras hipnóticas, motivando la próxima aparición en forma dicha, del Doom Metal. Qué decir de la batería y el bajo hondos, su explosivo solo de guitarra, mientras el narrador de la letra se condena a sí mismo ante un destino aparentemente inhóspito.

Heaven and Hell regresó a la agrupación de Birmingham directo al negocio, colocándose en el top de sus mejores álbumes, si acaso, perdiendo el primer lugar, por muy poco, contra su famoso Vol. 4 o Sabbath Bloody Sabbath. Su portada fue obra del pintor Lynn Curlee, quien a su vez, se inspiró en una fotografía que data de 1928, donde varias mujeres vestidas como ángeles se relajan fumando durante el intermedio de una obra teatral.



Tracklist:

1.- Neon Knights



4.- Heaven and Hell


6.- Die Young




Álbum completo en YouTube y Spotify 👼👿

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