ALICE COOPER – FLUSH THE FASHION (1980)

 

Es necesario tener a consideración, las principales características en la música de Alice Cooper. La agrupación fue acuñada por el cantante y líder (otro caso similar es el de Marilyn Manson). Ahora, como fundador del Shock Rock, que no es otra cosa que hard rock con tintes de heavy metal, cuya teatralidad encauza hacia pantomimas cruentas y violentas. Segundo, el oriundo de Michigan, cuenta con una discografía envidiable, donde populan grandes obras y claro, otras desechables.

En el caso de este “Rubor de Moda”, podemos calificar, como un experimento por adaptarse hacia sonidos más acordes al contexto del new wave. Sin embargo, más que un esfuerzo valiente, el álbum resulta un intento temeroso hacia rutas inexploradas.  

Lanzado al mercado el 28 de abril de 1980, resulta buen momento de reconocer sus cuarenta años de existencia para evitar que se pierda en el ostracismo. Y siendo la principal razón de mi desvelo, que sea uno de los esfuerzos discográficos menores de Cooper.

Acometido por lo achaques de su alcoholismo y una creciente y salvaje adicción por la cocaína, Cooper enfatizó para este álbum, en temas tan variopintos como el temor al futuro desde la óptica de la ciencia ficción distópica: la guerra nuclear, las adicciones (tales como la suya y consiguiente hundimiento personal), la clonación y el sentimiento de constante alienación por parte de la civilización humana a través de las facetas más sórdidas del urbanismo.

Auspiciado por Roy Thomas Baker, quien también produjo varios de los álbumes más representativos de Queen, The Cars y Journey, conceptualizó una variedad musical  efectiva desde lo conceptual, pero forzada en su ejecución: una incursión hacia la composición a partir de sintetizadores, lo cual tomando en cuenta los anteriores trabajos de Cooper, fue una irrupción malograda.

El álbum, cuya duración apenas logra 28 minutos, abre con Talk Talk, una canción que en sus primeros segundos reanuda cierto ímpetu rocanrolero de garage, con su batería contundente y guitarra socarrona. Sin embargo, incorpora intervenciones extrañas de sintetizador, un tanto fuera de tono, embargo, la canción continúa siendo efectiva. Clones (We´re All) se situó como el single “estrella” del plato. Escrita por David Carron, la canción equilibra en una beneficiosa convivencia, las guitarras, teclados, efectos y la voz robotizada de Cooper, quien se esmera en su canto, sobre la perplejidad repetitiva de una sociedad que carece de toda individualidad. Como dato curioso, la canción fue reversionada por los Smashing Pumpkins en 1995 con mejores resultados. 

Pain resulta una pieza misteriosa y monumental. Comienza con un piano sigiloso y exacerbando la atmósfera a través de los brillantes arreglos de sintetizador y solos de guitarra. Cooper luce con toda gala su voz, disfrutando de la turbulenta letra: las delicias de un mundo sometido por la martirización física y mental. Leather Boots es un arranque de rockabilly, frenético y bobo. Muy a pesar de su letra, la vocalización de Cooper intenta ser divertida, condenando ineludiblemente la pieza. Aspirin Damage se sumerge de lleno en el new wave con efectos irregulares. La guitarra es un complemento innecesario con su crujido de metal que desentona y los teclados luminosos distraen de su letra, un relato siniestro de la intoxicación con medicamentos. 

Nuclear Infected con su brío, es uno de los mejores temas del álbum. Distinguida y potente, esta pieza reutiliza el ímpetu de Talk Talk, mediante su rock de garage para fortalecer las vocalizaciones de Cooper y su letra post apocalíptica. Guitarras, sección rítmica y teclados recobran equilibrio y lucen perfectamente. Grim Facts mantiene la emoción, con su poderío con sus ritmos acompasados y riffs contundentes de la guitarra. Los arreglos en los teclados y sintetizadores aderezan perfectamente la canción, cuya letra es una narración irónica de hechos siniestros, en voz dolida de Cooper. Mención honorifica para el fluido solo de guitarra. 

Model Citizen es un rock que modera en salvajismo pero gana en candidez. Buenos arreglos en la guitarra y teclados, es una pieza más accesible y movida. Quizá un potencial desconocido para una remezcla más  enfocada  en las pistas de baile o quizá, sólo quizá, una opción más pesada. Dance Yourself to Death posee un aire hacia el country rock desfachatado de los Rolling Stones, aunque con percusiones  y guitarra más contundentes. La pista es de lo más disfrutable. Headlines  es un cierre directo, carente del pastiche sintético, aunque disminuido en la pesadez inicial del plato. La canción se desenvuelve fluida e interesante, aquí las vocales de Cooper son más asequibles e imprimen cierta diversión corrupta. Sin duda, es una de las canciones más logradas con respecto al contexto musical de principios de los ochenta.

Flush the Fashion está lejos de ser el mejor álbum de Alice Cooper, y ciertamente, son comprensibles las razones por las cuales se le ha olvidado. Sin embargo, lejos de parecer un nuevo inicio, muy influido por la imagen cosmopolita de David Bowie, Cooper continuaría su larga y tortuosa senda cuesta arriba, hacia el lecho de la rehabilitación. Es mejor escuchar el disco sin prejuicio para disfrutarlo como se debe. Será un soplo de aire fresco y sin duda, muy entretenido. 




Tracklist:

1.- Talk Talk

2.- Clones (We´re All)

3.- Pain

4.- Leather Boots

5.- Aspiring Damage

6.- Nuclear Infected

7.- Grim Facts

8.- Model Citizen

9.- Dance Yourself to Death

10.- Headlines

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