CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL – COSMO´S FACTORY (1970)
Marcando el cincuenta aniversario de uno de los álbumes de rock más importantes y famosos en toda la exquisita tradición proveniente de los Estados Unidos de América, la “Fábrica de Cosmo”, es un álbum de hits contundentes, un punto obligado de referencia para la banda, y para todo aquel que guste de sonidos ricos en texturas y ritmos, abordando desde la energía primigenia del rock n´roll de los cincuenta, y el sentimentalismo campirano del country.
La agrupación liderada por John Fogerty en voz y guitarra, y complementada
por su hermano Tom en la guitarra rítmica, Stu Cook en el bajo y Doug “Cosmo”
Clifford en la impetuosa batería, habían lanzado cuatro álbumes en dos años,
situación que los coloca en el sendero por continuar explorando su propia
identidad musical. Para 1970, los “Cridens” se encontraban muy cercanos
al pináculo absoluto de la popularidad, sobre todo en su país de origen, donde
sin duda, habían eclipsado la fama foránea de los Beatles y otras bandas
británicas, lo cual significó, su turno para lanzarse hacia la conquista sonora
mundial.
Cosmo´s Factory vino a representar un cañonazo financiero más que
un golpe de dirección al timón. Su estilo bien afianzado se encontraba intacto,
si al menos, muy dispuesto a experimentar sobre nuevas fronteras para deambular
con todo brío. Lanzado el 16 de julio del 70, se colocó rápidamente en el
tercer puesto de popularidad en Billboard, mientras en Reino Unido fue número
1.
Abriendo con una pieza sin parangón, densa en su propiedad rockera Ramble Tamble, cuya letra es un eco atemorizante y paranoico. Digna para despertar gigantes, el entusiasmo inicial no vaticina la experiencia: la voz eclipsada de Fogerty delante de la sección rítmica en amplitud galopante y un trabajo guitarrístico intermedio, cuya incursión sonora en la psicodelia, contagia su frialdad épica en la sangre.
Before You Accuse Me mantiene el R&B colisionando en los instrumentos, tempos despreocupados y un piano discreto que sobrevive a pesar de los embates de la guitarra.
Travelin´Band es considerada el himno de la agrupación, rescata esa energía rockabilly en toda su vena divertida y estridente, saxofón incluido, cortesía de John Fogerty. Ooby Dooby es el cover exuberante de ese rock n´roll elemental y alegre, energizado mediante la distorsión elemental en las guitarras.
Lookin´Out My Back Door abre con los rasgueos de una guitarra acústica, mezclándose casi de inmediato en la eléctrica y batería country, firma y sello inapelable de la banda. En apariencia, la letra es una alusión severa a la cocaína, cosa desmentida, en apariencia, por el propio Fogerty. Run Through the Jungle es una pieza oscura en su vocalización y tono de guitarras para comprobarlo. Una especia de cacería acaecida en pleno territorio selvático cauterizado por la guerra. La armónica de Fogerty parece un cuchillo cuyo filo al rojo vivo, es capaz de cortar las capaz del aire. Mención a la excelente interpretación del bajo y batería, omnipresentes y sobrecogedores. En contraste con Up
Around
the Bend, cuya ácida guitarra inicial expide luminosidad. Sección rítmica y
segunda guitarra destellan energía, es casi bailable, poseedora de un humor
campirano y poderoso. Con My Baby Left regresa el R&B, otro de esos
clásicos a los que “Cridens” decidieron rendir propia caracterización y
tributo, con las excelentes líneas de bajo de Cook y grandes arregl
I Heard it Through the Gravevine se posiciona como la canción más larga del plato, con 11 minutos de afectuoso ímpetu. Los ritmos vagabundean hasta el delirio, mientras las melodías son pausadas y meditabundas, un jam apto para no iniciados. A pesar de su duración, el tema fue emitido completo en las radios, demostrando su calidad prestidigitadora y agasajo interpretativo. La fábrica cierra finalmente, con Long As I Can See the Light una elegia relajada y confortante, aderezada con piano eléctrico y saxofón, la batería honda de Clifford y los rasgueos dulces de las guitarras. Fogerty canta como si en efecto, se tratase de una fase final, la conclusión de un viaje terrenal o sideral, suspirando por un próximo aterrizaje, aunque signifique una despedida agridulce.
Creedence Clearwater Revival demostró su maestría para expresarse a través del rock, motow, country, R&B y psicodelia, grabando su último gran álbum y transformándolo, en pretendiente inmediato, a la presea de clásico indiscutible.
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