THE SOFT MACHINE – VOLUME TWO (1969)

 




El segundo opus de The Soft Machine, banda pionera de la llamada “escena de Canterbury”, cuidad de la cual eran originarios, resulta una liberación telúrica de vaho incontenible y musical. Consintiendo en dos suites largas y fragmentadas, por recomendación del mismísimo Frank Zappa, la primera como una enmienda densa y disonante de jazz de vanguardia, mientras la segunda fue orientada hacia posiciones más delicadas y accesibles, sin olvidar su esencia experimental.

Estrenando bajista y compositor en presencia de Hugh Hopper, la agrupación, también integrada por Robert Wyatt en batería y voz principal, con Mike Ratledge encargándose del piano, órgano y teclados. El trío coronó temas cuya esencia escapa a través de una estirpe pavorosa, cual sólo la música puede producir, en una especie de meta relato: humor, dadaísmo, surrealismo aderezando el neblinoso sonido de las composiciones que deambulan entre el jazz y la psicodelia más contundente.

La primer suite, Rivmic Melodies, compone las primeras diez piezas en un hilado versátil de free jazz, lanzando inteligentes mensajes crípticos en sus letras, inspirándose en la poesía beat. 

Vistiendo una maestría instrumental, el trío confecciona puentes musicales de duraciones tan distintas como singulares, yendo desde diez segundos, un minuto, congregando una variedad rica en sonidos y latitudes líricas, como enunciar de manera divertida el alfabeto para dar la bienvenida al escucha. También se encuentran pistas que rayan los seis minutos.

Grabado bajo sofisticadas técnicas de estudio, la visión de “La máquina blanda” alcanzó magnitudes audaces en comparación de muchos otros expositores de la época.

Hopper sustituyendo al genial Kevin Ayers, dotó los temas con una vasta pluralidad de tonalidades difusas, guiándose a través de un sentido garante de experimentación, momentos avezados que se mezclan con las percusiones progresivas de Wyatt y las atmósferas de Ratledge. La suite expresa el poder y caprichos del rock más dadaísta.

Piezas como la inconmensurable Hibou, Anemone and Bear, delatan ese impulso luminoso que se oculta tras una gruesa sombra, densa en percusiones nocturnas y juegos de platillos que acrecientan el misterio de su atmósfera, mientras la letra inventa un divertido cuestionamiento existencial.

Dada was here, es un esfuerzo sensitivo de jazz en voz de Wyatt, quien canta en español una letra barroca y sufrida, emocionante en la complejidad de sus ritmos y ecos.

Have you ever been green es un sincero homenaje a la Jimi Hendrix Experience, con quienes compartieron gira y espacio escénico.

Out of the tones incorpora brillantes capas de sonido que vociferan su pertenencia a la vanguardia, mientras el caos se funde en los instrumentos de aliento que sustituyen con precisión cualquier guitarra. De esta manera concluye la primera parte del plato. 

Esther´s Nose Job continúa el discurso experimental de jazz y dadaísmo, amplificado a partir de momentos más melódicos y menos tupidos, gracias a las vocalizaciones de Wyatt quien parece dominar este lado.

As long as he lies perfectly still, es un estallido liberal acompañado por el majestuoso piano de Ratledge y sus progresiones concisas, mientras Dedicate to you but you weren´t listening se guía con la voz de Wyatt y la brillante guitarra acústica de Hopper. Fire engine passing with bells clanging amplifica las texturas del absurdo, concediéndose como una de las primera piezas del noise jazz.

Pig se destaca a sí misma, mediante virajes grandilocuentes de piano, su bajo monstruoso y su letra suspicaz.

Orange skin food y A door open closes son ejemplos candentes de la sección rítmica decisiva y el piano profundo, una caída melódica a través del Vórtice de dadaísmo sonoro.

La conclusiva 10:30 Returns to the bedroom es casi épica en su free jazz, tan semejante a un tren descarrilado que se impacta en el cerebro del escucha, con esos teclados punzantes como agujas, terciando con el bajo y percusiones explosivas.  

Este “segundo volumen”, manifestó un parteaguas para la música psicodélica, así como la inclusión de géneros que espetó una fabulosa trayectoria, que pronto vería certificada su esencia y latitud, a través del siguiente álbum, del cual, llegado el momento, también se comentará.   



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