PESTILENCE – CONSUMING IMPULSE (1989)

 

Interesante es el hecho que una banda integre dos estilos dentro de su propio haber musical, situación que fue lograda con habilidad soberbia, por la agrupación holandesa Pestilence. Después de debutar con el magnífico Malleus Maleficarum, los oriundos de Enschede, dieron un giro a su poder sónico al configurar su thrash en un contundente e inolvidable death metal, dejando una importante marca para la posteridad con Consuming Impulse. Lanzado al mercado el 25 de diciembre de 1989, la “música malvada” vio nacer un plato intenso, técnicamente experimentado y cavernoso en su esencia sobrecogedora. Abriendo crudo y veloz con “Dehydrated”, la banda integrada por Patrick Mameli en guitarra y bajo, Patrick Uterwijk en la segunda guitarra, Martin van Drunen en la voz y Marco Foddis en la batería, rompen con cualquier esquema, pisando el pedal a fondo y golpeando en la sólida fusión death/thrash. Continuando el viaje de perversión, arranca “The process of sufocation” donde el blast-beat y los riff de guitarras descarnados, explotan directo en el rostro del escucha, en tanto la vocales rasposas desatan la sensación de abatimiento, tal como si todo el aire escapase de los pulmones mediante un fatal impacto. El tercer corte del álbum resulta simplemente maravilloso, “Suspended Animation” es feroz y fatídico, como la mordida de un oso pardo o el arrastre submarino de un tiburón, aquí los holandeses delatan su linaje sonoro, ecos portentosos y pútridos a Slayer y el Beneath the Remains de Sepultura. “The trauma”, resulta en eso mismo que declara su propio título, un arranque desenfrenado de riff contundentes, solos diabólicos y ritmos pesados como rapaces. La satisfacción cruel y enfermiza continua con las clásicas “Chronic Infection” y “Out of the body”, pistas que gritan vorazmente, el desprecio y golpean los sentidos, es la visión destrozada y lóbrega del mundo mediante la descarga sinestésica. “Echos of death” es bestial, un lamento asesino, canción pesada a lo Obituary, de quienes también se nota, debe factura. “Deify thy master” es posiblemente lo más catártico que presenta el álbum, destilando los pujantes ánimos del thrash y lanzando por la borda los últimos racimos de la flor de la cordura. “Proliferous souls”, funciona como un majestuoso puente instrumental, virtuoso y sensible que no baja la guardia, recordándonos en el acto, que este se trata de un álbum del más puro y pavoroso metal que jamás haya dado agrupación europea y se jacten de ser únicamente aldeanos. “Reduced to ashes”, es la pieza que cercena con cuchillos afilados la vida, el horror y la vacua idea de una feliz vivencia, arrancando lenta, es el extremo tenaz de morir a toda velocidad, sucumbiendo al maléfico influjo de la esquizofrenia musical, un escupitajo con la saliva del juicio final.
Oscuro recuento de días crueles, Consuming Impulse, vocifera todo lo que anuncia la carátula del álbum, cientos de hormigas salvajes en proceso de devorar a un pobre incauto, la trampa perfecta para el máximo depredador de la naturaleza.



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